Bienvenidos a ELÉCTRICA OBSESIÓN


Donde doy vida de nuevo a los personajes que me atraparon y me arrastraron a su mundo, uno que sólamente es posible entre las páginas de un libro.
EnglishAlemánFrancésEspañolItalianoNetherlandsRusoPortuguésChino SimplificadoJaponés
CoreanoÁrabe

miércoles, 21 de julio de 2010

La nuésped nº 37 - Cap 1 - Capturada



N/A: Esta es mi continuación de The Host, la comencé cuando aún no sabía lo que era un Fanfic. Por cierto a las que me animaron para que escribiese una continuación (2ª parte) de "Regalo..." Gracias chicas, ya estoy trabajando en ella.

CAPÍTULO 1 – CAPTURADA

Era una tarde muy hermosa y afortunadamente podía pasear a gusto, pues no me había cruzado con nadie.

No solía salir mucho a la calle, era demasiado peligroso para mí. Mamá y papá me habían explicado muy bien lo que me podría suceder si las otras almas se daban cuenta de lo que yo era en realidad.

Por eso cuando vi al hombre de cabellos oscuros parado en la acera, bajé rápidamente los ojos al suelo, pero no aminoré el paso. Él no debía notar lo mucho que me asustaba tener que pasar a su lado, saludándolo. Las almas son siempre muy educadas, y nunca desconfían unas de otras.

No sería correcto cambiar de acera, ni de dirección, además ya era hora de volver a casa y la mía estaba ocho edificios más debajo de dónde él se encontraba.

Me sudaban las manos y sentía el estomago revuelto. Notaba que me observaba, pero no podía permitirme comprobarlo. No estando tan cerca. Mis ojos ahora eran lo único que podría delatarme, lo único que no podía disimular. Por lo demás, bastaba con controlar el miedo y la rabia, quitando eso, yo era la perfecta alma. Un alma que dentro de poco celebraría su decimoquinto cumpleaños junto a sus padres, en su pequeño mundo seguro. Traté de concentrarme en eso, para relajarme. Mamá ya habría terminado los preparativos. Yo fingiría sorpresa... ¿Por qué salí a la calle? ¿Por qué no me quedé en el portal? ¿Era mi andar normal, o lo notaría inseguro y por eso me miraba?.

- ¡Hola!. Me acabo de instalar en el barrio. ¿Podrías ayudarme, por favor? Salí a dar una vuelta y ahora no recuerdo como llegar a la calle Padintón.

No mostré sobresalto cuando me habló, estaba preparada para cuando lo hiciera. Me paré justo a la sombra del pequeño arbusto que él tenía enfrente y entonces le encaré. Era una suerte que estuviese parado justo allí, después de todo. Gracias a esa sombra podría mirarlo a los ojos sin peligro alguno. Y desde luego lo más correcto era hacerlo mientras le sonreía educadamente al responderle.

Tenía unos ojos azules muy intensos, y no pude evitar pensar que el brillo de plata les darían un bonito efecto. Pero él sol de la tarde no le daba en el ángulo adecuado para comprobarlo. Era muy blanco, y su pelo negro hacía mucho contraste. En definitiva, era guapo y tenía una sonrisa encantadora. Debía ser mucho mayor que yo, pero eso no importaba porqué no volvería a verlo.

Sin poder dejar de mirarle, le di las instrucciones que necesitaba.

- Ah... ¿Podrías acompañarme? No conozco todavía a nadie de por aquí, ¿sabes?. –Añadió mientras bajaba la mirada, ¿avergonzado?.

Sentí un nudo en la garganta, así que me limité a asentir. Algo en mi interior gritaba que estaba loca, que debía dar una excusa y seguir mi camino. ¿Pero, era ese comportamiento correcto para un alma? ¿Simplemente me estaba intentando engañar a mi misma?. Quizá fuese esto último, pues ansiaba seguir en su compañía un poco más. Parecía tan amable, tan inofensivo. Y al fin y al cabo, después no volvería a verle, a hablarle. Además si le dejaba en su casa, él no sabría donde encontrarme, mientras que si me marchaba desconsideradamente... ¿acaso no había llegado casi a casa?.

Bajé los ojos precavidamente e inicié la marcha.

- Me llamo Ian –dijo colocándose a mi izquierda– ¿y tú?.

Yo dudé unos instantes, al fin respondí.

- Helen.

Si él tenía un nombre tan humano, entonces estaba bien que le diese el que usaba en casa. El que a mí me gustaba más. Generalmente, las pocas veces que interactuaba con almas, siempre dábamos el otro "Flor en el viento". Mi madre procedía del mundo de las Flores, por eso me puso ese sobrenombre. Pero le gustaba mucho el que yo tenía, y lo mantuvo cuando se hizo cargo de mí.

Recordar eso me puso triste, hasta que no cumplí los nueve años no me contaron lo que había pasado realmente. Hasta entonces, yo siempre creí que ellos eran mis padres y que debían ocultarme de los demás por alguna estúpida razón, incomprensible para mí. Al hacerme mayor, cada vez tenía más curiosidad por este misterioso echo. Y finalmente, en mi cumpleaños noveno, mi padre decidió que ya era lo bastante mayor para comprenderlo.

Yo ya sabía por la tele, que nosotros no éramos originarios de este planeta. Mis cuentos a la hora de dormir eran historias reales de otras vidas de mis padres en algunos de las otras colonias. También sabía que los organismos anfitriones de aquí se llamaban humanos... Aunque nada de eso me había preparado para aquellas revelaciones, mi regalo extra de ese cumpleaños.

Su voz me sacó bruscamente de mis pensamientos.

- ¡¿Vaya, qué te parece?. Mi amigo me estaba buscando.

Habíamos cruzado la calle y entrado en un callejón sombreado. Levanté la vista para mirarlo sorprendida. Después seguí la dirección de su mirada.

A pocos pasos de nosotros se hallaba otro hombre. De no haber estado ensimismada en mis recuerdos, lo habría divisado incluso antes de entrar en el callejón. Ahora estábamos a la mitad.

Levantó una mano a modo de saludo y sonrió. Su tez estaba intensamente bronceada, y su pelo apenas era más oscuro que la piel, excepto donde algunos mechones color lino lo aclaraban. Instintivamente clave la vista en sus ojos, ahora era seguro debido a la penumbra que nos rodeaba. Eran castaño oscuro jaspeados de un tono más claro, al igual que el pelo.

No me gustó como me miraba, su actitud. La forma en que se acercó a nosotros era amigable, no obstante había algo en su mirada que me hizo desconfiar. Como si tratase de ocultar sus intenciones.

- Por fin te encuentro. ¿Me presentarás a tu amiga, Ian?. –Dijo mientras me tendía la mano con la que nos había saludado antes.

- Esta es Elen. –Le escuché decir a Ian al tiempo que daba un paso atrás.

Yo ya me encontraba estrechando la mano educadamente al desconocido; pero al ver el gesto fuera de lugar de Ian, como si quisiera cortarme la retirada, trate desesperadamente de soltarme.

- Yo soy Jared. –Dijo el extraño mientras afianzaba mi mano y me arrastraba hacía sí.

Se me disparó el corazón, ¿qué significaba todo aquello?. Vi como levantaba la otra mano y la acercaba a mi cara. Hasta entonces no había notado que la mantenía oculta. Tenía un spray que vaporizó rápidamente mientras más rápido aún soltaba mi mano para rodear mi cintura con brazo de hierro, pegándome totalmente a su cuerpo.

Todo olía a frambuesas. Todo se fue oscureciendo, hasta que al fin desapareció.

N/A: Cuando iba por el capitulo 7, descubrí el Blog de Kokoro y los Fics. (y atraves de el muchos otros maravillosos).Decidí hacerle un regalo de cumpleaños, y partí de los personajes que aquí os presento, así nació el que considero mi primer fic "regalo de amor" (Al menos realmente es el primero Rating M).

Procurare retomar este donde lo dejé y completarlo. Espero que os guste y no seaís muy duros, yo no soy Steph al fin y al cabo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tú opinión es importante... ¿Me la dices?.