(concurso mi 1º aniversario) 08 El vuelo nocturno 239 By Abner Castillo

VUELO NOCTURNO 239 By Abner Castillo

(Publica en F.F. Net como Abner Vancastle)

Summary:

¿Qué habría pasado si James, en vez de citar a Bella en el estudio de Ballet, hubiese subido tras ella en aquel avión en el que Edward planeaba llevársela lejos?

- Bien Jonathan, ya que hemos entrado en discusión y veo que no tienes nada malo en tu vida… hablemos ahora del accidente.

El paciente Jonathan Harris estaba siendo estudiado por el psiquiatra de turno en el hospital San Jones de Pasadena. El fue el único superviviente del vuelo nocturno 239 del OCEAN PACIFIC que se estrello solo 30 min después de despegar. Tenía entrevistas desde hace 3 semanas por “un desorden mental post traumático”. Jonathan era muy reacio a cooperar con los datos de la FAA. Al final la versión oficial fue de un trauma psicológico que le hizo separarse de la realidad y tener alucinaciones.

- Ya le dije. Estoy bien, sé que en momento de stress y experiencias cercanas a la muerte la gente ve cosas que no son.

- Eso es cierto Jonathan pero...

- Ya llevamos más de 2 semanas aquí, dígame Jon, solo mi madre me dice Jonathan.

- Bien Jon, pero el episodio que tuviste por esos 3 días, era algo más que el accidente como tal. Ya que fue muy traumático para ti ver como se partía en 2 el avión debo ir hasta el fondo para saber si no hay secuela además de tu brazo fracturado y demás rasguños.

- Ya le dije que fue por el stress! Y lo que haya dicho esos primeros 3 días ya se me paso. No me importa si los bomberos y los doctores que me vieron lo dicen ¡Dios! ¡Mire! ¡Ya empecé a temblar! ¿Podría darme otra cosa para dormir?

- Jon lo que te di te hace dormir.

- Si, pero sigo con algo de pesadillas.

- Cuéntame de esas pesadillas Jon.

- No. Agravara mi situación con usted y si dirá que estoy loco.

- Cuéntame Jon.

- Ok. Pero es un sueño, nada más. Bien. Estoy saliendo del baño en el avión; como siempre no puedo evitar observar a la hermosa aeromoza, sigo caminando, me voy a mi asiento, doy un vistazo a todos y están normales, también a la pareja de jóvenes en los primeros asientos por la parte central. Advierto por la ventana y a lo lejos sé que habrá tormenta porque lo dijo el capitán. Por eso fue me paré, porque dijo que después no podríamos desabrochar nuestros cinturones. Fuera de eso, todo era normal, rutinario en un vuelo. Hasta que ese chico se levantó y por su blancura pensé que estaba más asustado que yo, de verdad era muy pálido, como si nunca le diera el sol, con unos ojos marrones muy claros, casi amarillos, apenas lo vi; me devolvió la mirada y no pude sostenérsela, de verdad era muy intensa, parecía que tenía un problema o algo, su cara lo decía, trate de mirar para otra parte pero lo chica a su lado empezó a susurrarle muy deprisa con forma muy urgida y captaron otra vez mi atención. Estos chicos parecían de 17 o 18 años. Ella no era nada especial. Tal vez un poco tímida, algo descuidada. Se veía como una chica normal de cualquier instituto. De las que confundes con cualquier otra chica. Pero lo que no puede olvidar fue lo que el chico pálido miraba. Nadie veía al otro chico de cazadora de piel y pelo rubio largo parado en toda la entrada del pasillo a mis espaldas, posiblemente de la misma edad, pero sus ojos, eso fue lo que me cambio esa noche, además de estar descalzo y ser casi tan pálido como el otro, tenía unos ojos rojos intensos.

- ¿Rojos?

- ¡Sí! ¡Rojos! No hablo de cuando lloras o arde la vista. ¡No! ¡Este tenía el iris rojo!

- ¿Como los ojos de los personajes malvados?

- ¡No brillaban si a eso se refiere! Eran como ver el color del vino.

- O de la sangre.

- ¡Sí! Algo así. Si. Rojos como la sangre. Justo eso fue lo que vino después. No sé qué paso primero pero al moverse los chicos y desaparecer, se escucho una explosión y en el techo se abrió un boquete. Varios compartimiento de equipajes se abrieron y todo se lleno de objetos que volaba de aquí para allá. La gente empezó a gritar. Vi como la aeromoza salió volando por eso hueco.

- Calma Jon, ya estás aquí. Sobreviviste. Calma y toma algo de agua.

- Gracias. La gente gritaba, las luces fallaron y todo estaba oscuro. De repente las mascaras de emergencia bajaron y el avión empezó a temblar como si fuera una montaña rusa. Todos subían y bajaban. Muchos salieron de sus asientos. Y…

- ¿Y?

- Pues no sé doctor. Aquí la cosa se pone más confusa.

- Explícate. Dime todo. Recuerda que solo fue un sueño. Un mal sueño.

- Cierto. Pues, el extraño chico de los ojos rojos y cazadora estaba ya a mi lado y el otro desapareció del lado de la chica. Todo eso lo vi por el rabillo del ojo. Un segundo más tarde estaba uno frente al otro en la parte más alejada del pasillo, cerca de la cabina de los pilotos y es como si todo fuera en cámara lenta para mí, no me importaba si me iba por el agujero del techo. Algo me decía que ver a los extraños chicos era más importante.

- La adrenalina te hace sentir así, como si todo estuviera en cámara lenta y de alguna manera en forma desinhibida de cualquier miedo o control. Sigue contándome.

- El chico de la cazadora se movió, casi como si vibrara o algo, desapareció y volvió a estar a mi lado y no sé porque tenía una cara que daba miedo, como un animal rabioso, además sus manos levantadas en forma de garra como si fuera a pegarle al techo pero…

- ¿Porque te detienes? Sigue.

- Algo tuvo que haber pasado con el pasajero que estaba entre el de la cazadora y yo porque es como si hubiese explotado su cara.

- Explotado y los chicos que desaparecen ¿no?

- ¡Oiga! ¡No le miento! ¡Es que así es como lo… soñé! Y ya deje de escribir que me pone los nervios de punta.

- Calma Jon, apenas escribo para ver en panorámica todo el asunto y recordar después lo que dices. Sigue.

- Después ya no sé cómo veía. Solo distinguía a los chicos por su blancura contrastadas en la oscuridad y creo que también había rayos que iluminaban a veces, como esas luces de las discotecas que se apagan y prenden rápidamente, también me pareció que tenían una especie de pelea. No, no creo que pelea, más bien solo se movían de aquí para allá en el avión. Pienso que saltaban con cada brinco del avión. No sé. Un poco antes de que chocáramos. Escuche casi perfectamente al chico de la cazadora.

- Las luces de las discotecas seria las estroboscopicas.

- Si, como sea. Bueno, creo que los chicos hablaban desde antes. Unas pocas palabras. Pero con las turbinas, el sonido del aire y los pasajeros gritando no se escuchaba mucho. El chico dijo antes de tirarse por la ventana cosas sin sentido y de forma muy rápida, era más bien como un siseo.

- ¿Pero qué dijo el chico?

- Dijo algo así como, nadie en este avión quedara vivo. Tu mascota se irá al infierno con todo este avión. Despué salió corriendo a través de los asientos y paso por el muro cerca del ala izquierda.

- ¿Qué? ¿No será que se tiro por la ventana emergencia o la puerta?

- Pues vi que se fue por el muro haciendo otro hueco y fue allí cuando el avión empezó a girar.

- Jon, ¿No salió por el hueco del techo que ocasiono un rayo y por eso cayo el avión?

- No doctor, salió corriendo por mi izquierda. Rompió el muro.

- Y ellos son los que salieron por el avión. ¿No?

- ¿Qué?

- Si, algo así era lo que decías cuando te rescataron.”Ellos salieron del avión.”

- No sé. No recuerdo. Creo que mucha gente salió por los huecos del avión. El aire era muy fuerte, yo mismo sentía que iba a salir de mi asiento. Sé que al final el otro chico toma a la chica en sus brazos y se lanzaron por el hueco del techo. Después vi el suelo y por un pestañeo el golpe. más nada recuerdo. Solo los bomberos sacándome del avión en una camilla viendo el cielo nocturno.

- ¿Y ese fue tu sueño?

- Si. O parte de lo que sueño a cada momento.

- ¿Recuerdas a los chicos si lo vuelves a ver?

- No creo, se que eran pálidos pero hasta allí es lo mas que sabría de ellos.

- ¿Y la chica?

- Nada, tampoco.

- Bueno, creo que estarás en observación otra semana. Seguiremos trabajando para ver si recuerdas algo más.

- Si. Está bien. Creo que lo necesito. Pero quisiera no seguir recordando más el accidente.

- Por supuesto. Te daré una receta con algo que no te hará soñar más. Y algo para que tengas la cabeza más ligera y tranquila.

- ¡Gracias doctor! No sabe el favor que me hace.

- Si. Lo sé. Nos vemos en 2 días. Tu esposa vendrá mañana a visitarte. Hasta después Jonathan

- Hasta pronto doctor.

Una hora más tarde el doctor estaba pasando la lista de los fármacos de su paciente a las enfermeras de turno. Tardo poco más de 10 minutos en salir y volver a su oficina y allí estaba- como una estatua .un poco espeluznante- ese hombre. No sabía que lo ocasionaba pero algo en su interior le hace sentir un miedo subconsciente. Como si debía respetarlo y no cuestionarlo en lo que dijera. Se sintió aun peor cuando este le devolvió la mirada.

- ¿Cómo siguen las cosas doctor Richard?

- Muy bien señor. Disculpe la pregunta pero ¿Qué hace por aquí? No lo esperaba hasta el fin de semana.

- Supe que vio al Señor Harris.

- Si. Según las entrevistas el está mejorando.

- Bien, ¿cuando le darán de alta?

- Señor Jasper, disculpe pero ese paciente está muy traumado. No saldrá nunca de ese estado, su recuperación será larga y costosa. Además...

- Ya hemos hablado del dinero doctor Richard. Quiero que siga cualquier cambio del señor Harris.

- Como usted diga. Yo mismo seguiré atendiendo el caso.

- Y sus honorarios serán el doble, como siempre; si este asunto se queda entre muy pocas personas.

- Gracias. Y así lo hare señor. Nadie además del personal ya informado estará al tanto de este asunto.

- Cuente con ello. Creo que ahora no les quitare los ojos a ninguno de los dos.-dijo con una media sonrisa que acelero el corazón del psiquiatra- De encima quiero decir.

- Claro –dijo el doctor todavía sin calmarse y algo chillón.- le avisare cualquier cambio o mejoría. Lo espero la semana que viene.

Al cerrar la puerta el doctor se obligo calmarse al pensar en cómo desde hace 2 semanas su cuenta bancaria subía el doble con cada visita del Señor Jasper; un benefactor que quería que todo el asunto del sobreviviente del vuelo 239 quedara en inadvertido.