Bienvenidos a ELÉCTRICA OBSESIÓN


Donde doy vida de nuevo a los personajes que me atraparon y me arrastraron a su mundo, uno que sólamente es posible entre las páginas de un libro.
EnglishAlemánFrancésEspañolItalianoNetherlandsRusoPortuguésChino SimplificadoJaponés
CoreanoÁrabe

lunes, 7 de febrero de 2011

La huésped nº 37 - Cap 14 - Contra viento y marea


CAPÍTULO 14 – CONTRA VIENTO Y MAREA

Los maizales estaban muy altos y cargados de espigas repletas de gruesos granos. Este año, según decían, la cosecha era la más abundante que habían tenido nunca con diferencia.

Unos pocos, con tío Jeb a la cabeza, nos afanábamos desde bien temprano en su recolección, aunque lógicamente no por eso pudimos escapar de los ardientes rayos del sol, esparcidos y multiplicados una vez más por unos cuantos trozos de espejo estratégicamente dispuestos.

El calor, la sed y el dolor de espalda fueron en progresivo y constante aumento a lo largo de aquella interminable mañana, apagando los ánimos de todos hasta que las conversaciones y las caras amables dieron paso al silencio y a las avinagradas propias del cansancio. Para colmo Jamie actuaba de forma extraña desde la tarde anterior. Una y otra vez le sorprendía observándome con un brillo triste en la mirada... pero se hacía el tonto cada vez que le dirigía la palabra... ignorándome sin ningún disimulo.

Rectifico. Esta mañana me había hablado... pero solamente motivado por las escasas cuestiones que surgieron respecto al trabajo, aconsejándome esto o aquello... y la verdad no sabía que pensar al respecto.

¿Le había decepcionado al enfrentarme a Sharon? ¿Acaso habría preferido que "vegetase" en sus clases en vez de volver a los grupos de trabajo? ¿O es que, simplemente, una vez pasada la novedad y el misterio, se había cansado de tenerme a su lado?

Dicen que el tiempo se encarga de poner a las cosas y a las personas en su sitio... y para mi desgracia y descontento, el mío parecía perfilarse cada vez más y más alejado de Jamie, por mucho que me empeñase en luchar contra la corriente.

Quizá, después de todo..., ¿había llegado la hora de rendirse...?

Un mes antes, justo un día después de la trascendental conversación que Jamie y yo mantuvimos en este mismo campo, pero sobre todo de la posterior "reunión familiar" que organizó para poner al corriente a los demás, tío Jeb había puesto en marcha su "plan gradual de independencia". En cristiano y según palabras textuales de Trudy: "Despegarme de los pantalones del chico". Al principio consistió en mandarme a pequeños encargos: «Olvidé mi pañuelo en la cocina, ¿te importaría traérmelo?» «Se a terminado el agua. Anda ve y tráenos un par de botellas, cielo». Después fue encomendándonos tareas en las que, que casualidad, Jamie quedaba excluido en el último minuto con algún vano pretexto... hasta que su progresiva asiduidad resultó totalmente incompatible con la capacidad de disimular inventando inocentes engaños medianamente creíbles; terminando de paso por convertirlas en la norma general de trabajo.

Un cambio que, por extraño que parezca teniendo en cuenta mis deseos de no alejarme de él, terminé considerando una especie de bendición. Pues al caer la tarde, cuando volvíamos a reunirnos, siempre creía percibir en sus ojos un brillo especial... como si retirasen un velo de nostalgia... Y eso, aunque por supuesto podía ser solamente fruto de mi exacerbada imaginación, de mis secretos anhelos, me brindaba multitud de preciados microsegundos de alegría, pequeños retazos de felicidad en estado puro que atesoraba con las mismas ansias que un sediento recogería el rocío, si tal cosa pudiese hacerse, en mitad del achicharrarte desierto.

Además me quedaba el consuelo de que las noches en el hospital de Doc seguían siendo el mudo testigo de nuestras largas charlas; que ahora se veían nutridas con las anécdotas de nuestros quehaceres diarios por separado. Así que, después de todo, ¿qué más le podía pedir a la vida?

¡O si, claro! Por supuesto que había algo que deseaba con todas mis fuerzas. Pero... qué Jamie viese en mi algo más de lo que veía al mirar a Wanda..., se me antojaba totalmente descabellado, tanto como pedir la luna para desayunar.

No. Que me dispensase las mismas atenciones y muestras de afecto que tendría con una hermana pequeña, es a lo más que podía aspirar. Y aunque, gracias a Dios, no me lo llamase nunca, tanto para todos mis allegados como para mí misma, resultaba una verdad tan incuestionable como que tras la noche llega un nuevo día: aquella meta la habíamos traspasado hacía mucho, pero que mucho tiempo.

Y es que, finalmente, también yo había creado mis propias amistades y lazos familiares. Y a pesar de que, probablemente, no fuese del todo casual que fueran básicamente similares a los suyos, por eso de que "el roce hace el cariño", estaba bastante segura de haber seguido mi propio criterio a la hora de otorgar mi estima. Prueba de ello eran las sutiles diferencias tanto de grado como de identidad de algún que otro miembro de mi lista.

Trudy, Heath y Geoffrey eran lo más parecido a unos abuelos para mí. El cariño que me inspiraban y me brindaban encajaban perfectamente con la descripción que Jamie me hizo sobre ese parentesco. Mel, Wanda e incluso Ian eran una especie de hermanos mayores. Jared se asemejaba más a la figura autoritaria de un padre. De hecho me recordaba mucho al mío, pues ambos parecían saber en todo momento lo que tenían que hacer. En cuanto al tío Jeb... bueno, no tuve ni que replanteármelo. Por otro lado, en el bando de los amigos: Heidi, Lily, Sol, Doc, Isaiah y su hermana Libertad...

En resumen, a falta de poder pregonar a los cuatro vientos la identidad del amor de mi vida, todo estaba perfecto tal cual. Y por supuesto, en mi infinita ingenuidad, creía que nada volvería a trastocar mi pequeño universo. Pero me equivocaba.

Apenas una semana atrás me vi obligada a incorporarme a las clases con Sharon. Lo cual significaba que dejaría de trabajar, o lo que para mí era lo mismo, perdería las escasas oportunidades de compartir mis mañanas con Jamie y tendría que decirle también adiós a las tardes. En resumen, nos mantendrían alejados casi a tiempo completo y... ni que decir que traté de evitarlo a toda costa. Lamentablemente no tuve el más mínimo éxito. Tío Jeb no me creyó cuando alegué que me eran totalmente innecesarias. Lo cierto es que no le culpo por ello. ¿Realmente alguna vez existieron chicos a los que les gustase asistir al colegio? ¿Por propia voluntad?. Lo dudo.

Sharon no era buena maestra. Y no lo digo solamente porque le faltase preparación, ni porque me aburriese como una ostra escuchando materias que ya conocía, que también. Además le faltaban la paciencia y vocación necesarias. Amen de su cambiante estado de humor, ¿o debería decir de mal humor?. Su registro oscilaba de molesta a enfadada, pasando por furiosa.

Mis expectativas sobre su forma de ser se vieron ampliamente refutadas después de la primera media hora en "sus dominios"... y es que ha estas alturas ya tenía una opinión bastante clara sobre todos y cada uno de mis compañeros. Opinión que curiosamente Jamie me ánimo a expresarle no hacía mucho y, puesto que coincidíamos bastante en nuestras impresiones, o al menos eso me parecía, no tuve ningún reparo en declarar libremente:

« - Bueno... yo diría que ya nos conoces lo suficiente como para contestarme a esto. ¿Qué te parecemos?

- No me gusta Lacey Arrugué la nariz No me cae bien. Lo siento pero... No me parece buena persona. –Me apresuré a añadir sintiendo que necesitaba justificarme pese a la enorme sonrisa que iluminó su expresión serena.

- ¡Vaya! Se te da bien calar a la gente. –Comentó alentadoramente– ¿Alguién más?.

- Tú tía Maggie... –Vacilé– Ella es... Me hace sentir... no sé como explicarlo.

- Entiendo –Asintió levemente con la cabeza– Creo que sé a que te refieres. Que yo recuerde, siempre tuvo ese efecto en las personas. Es algo así como su sello personal.

Eso terminó de envalentonarme.

- Y bueno, Sharon y Doc no me pegan para nada juntos. Él parece tan bueno. Es tan amable y atento. Me habla siempre con tanta dulzura... –Volvió a asentir dándome la razón– Ella es todo lo contrario.

- Supongo que se complementan. –Reflexionó– Pero tampoco yo entiendo que vió Doc en ella, ni ya puesto como la soporta. Tiene siempre tan mal genio...»

En cualquier caso, debo reconocer que me habría mordido la lengua al respecto y soportado sus nefastas clases y su eterno mal genio, o parafraseando a Lily: "Su mala leche", con tal de estar cerca de Jamie. Pero él ya se ha librado de tener que soportarla y... pesé a que Isaiah es un chico muy simpático y Libertad una niña encantadora... sus presencias no son suficiente aliciente como para retenerme allí... así que, resumiendo, me las arreglé para librarme de ellas a los pocos días, ganándome de paso una eterna enemiga.

Supongo que a nadie le gusta que le demuestren sus limitaciones. Sobre todo si eso implica ver como le ofrecen tu cargo a la persona en cuestión. Aunque lo cierto es que ella se lo buscó por montar tanto revuelo. Nadie le mandó que molestase al tío Jeb hasta el punto de obligarle a organizar un consejo urgente para tratar sobre: "mi testaruda indisciplina". A mí me habría gustado solucionarlo de un modo más discreto, la verdad. Sobre todo porque aquel incidente me obligó a hacer precisamente las dos cosas que había estado eludiendo:

Primero. Demostrarle a media cueva mis conocimientos.

Y segundo. Proporcionarle al tío Jeb una herramienta eficaz de presión.

Desde que le hiciéramos participe de las particularidades de mi crianza, no había dejado de insistir para que narrara cada noche todas y cada una de las historias de las vidas anteriores de mis padres; tal y como hicieran en su momento Wanda y Sol. Siempre me negaba en redondo y conseguía escabullirme... ahora en cambio no me quedó más remedio que aceptar su sucio chantaje. A cambio de, y cito textualmente su rimbombante definición: "mi liberación de la etapa académica obligatoria que impera en su casa sobre los menores de 18 años", me vi forzada a comprometerme a hacerlo.

Sospecho que tarde o temprano, de una forma u otra y: "por el bien de los niños"; también acabará encontrando el medio de inducirme a compartir el escaso margen de "sabiduría docente" que, según el criterio de unos cuantos, él incluido, me colocaba por encima de Sharon.

Probablemente, lo único que lo detiene en estos momentos, puesto que no es de los que admite un no por respuesta, sea el temor a agravar la manifiesta tensión entre nosotras...

... No obstante, ni esa ni ninguna otra pretensión futura de aquel anciano, mitad genio mitad chiflado, ocupaba mi mente haciéndome trabajar como un autómata. Que va. Y sin embargo, como descubriría durante el almuerzo, precisamente había sido decisión suya y de Jared lo que sumía a Jamie en aquel extraño mutismo.

Como en muchas otras ocasiones, Libertad gritó mi nombre en cuanto puse un pie en las cocinas. A su lado, Isaiah palmeo el asiento que me tenían reservado..., sólo por si acaso. Y como cada vez que se daba esta circunstancia, no supe que hacer; pues mis ojos ya habían localizado a Jamie y comprobado el número de asientos libres a su alredor.

Simplemente me quedé ahí en medio, dudando entre hacer lo que realmente deseaba o cumplir con mis amigos, hasta que alguien me empujo por detrás para que avanzara. Justo entonces el tío Jeb apareció como de la nada; y poniendo un par de cuencos en mis manos terminó con mi dilema.

Simule un gesto compungido en honor a mis amigos; uno lo suficientemente teatral como para obtener la cantarina risa de la chica. Luego, sin mediar palabra, le seguí hasta el mostrador y tomé el asiento que me adjudicó, el del centro, depositando ante un ensimismado Jamie una de las humeantes vasijas.

No siempre comíamos todos juntos, así que no me habría extrañado la ausencia de Ian y Jared de no ser porque Mel y Wanda aparecieron solas y con semblante preocupado.

Saludaron al pasar sin mucho entusiasmo y se situaron al otro lado de Jamie, donde inmediatamente comenzaron a marear su comida... Desconcertada, pasee la mirada por el resto de los comensales con la esperanza de localizarlos absorbidos por alguna conversación... y me tope con otra chica inapetente, Paige.

Ella notó mi mirada y me la devolvió cargada de... ¿resentimiento?. No tuve ocasión de indagar sobre que estaba pasando. Tío Jeb reclamó mi atención cortando aquella línea de pensamiento.

- He estado pensando... Ya va siendo hora de que te instalemos en condiciones, ¿no crees?. –Soltó de improviso a modo de pregunta retórica, obviamente, pues inmediatamente continuó hablando; no ya sin concederme el margen de replica, sino sin apenas respirar entre frase y frase– Jared está de acuerdo conmigo. Por eso hemos organizado una expedición a la antigua usanza con algunos de los chicos. Hay ciertas cosas que ni Wanda nos puede comprar. Ya sabes. Por la entrega a domicilio y todo eso.

Se me abrieron los ojos como platos mientras las primeras piezas del puzzle, autenticas losas de granito colocadas sobre mi espalda, empezaron a encajar.

- No te preocupes, cariño. Lo tenemos todo previsto –prosiguió tras dedicarme una de esas enormes sonrisas tan suyas. Una de las que ocupan toda la extensión de sus mejillas.– Como has hecho tan buenas migas con Heidi y Lily, y teniendo en cuenta que en su cueva hay espacio suficiente... Bueno..., lo cierto es que están encantadas con la idea de que te instales con ellas. Incluso ya han pensado cual es la mejor distribución para colocar el tercer colchón y el resto de tus cosas...

... bla... bla...bla...

Sé que seguía hablando. Podía apreciar la cadencia monótona de su voz, allá en alguna parte, aunque ahora era como el gorgoteante discurrir del gran río mientras lavamos la ropa. Lo oyes, pero ni se te pasa por la cabeza detenerte a escucharlo.

... bla... bla... bla...

Mi mente solamente atendía a la creciente necesidad de gritar un rotundo NO. No a que aquellos hombres arriesgaran su vida por mi culpa... Y total, ¿para qué? ¿Para que tuviese una cama más cómoda?... No a invadir el espacio vital de las chicas... Pero sobre todo, no a separarme de ÉL.

Abrí la boca, sin embargo no fui capaz de emitir ningún sonido. Volví a intentarlo, no una sino dos veces, con idéntico resultado. Y mientras tanto, el anciano, haciendo caso omiso de mi reacción, o tal vez demasiado metido en su exposición, continuaba parloteando alegremente sobre el fututo que habían diseñado para mí. Pero yo seguía sin escuchar. Es más, a estas alturas, el alocado galopar de mi sangre reverberaba en mis oídos ahogando sus palabras.

No me percaté de la escasez de aire que padecían mis pulmones, constreñidos por la tensión, hasta que Jamie me cogió una mano y la apretó amistosamente. Eso me trajo de vuelta, restableciendo inmediatamente todos mis sentidos.

- Todo va a salir bien. –Susurró– No te preocupes, pequeña. Jared siempre trae a todos de vuelta... y yo estaré en el corredor de al lado.

Un nuevo malestar brotó en mi pecho: Remordimientos. Nunca antes me había planteado que Jamie tenía un lecho y un rincón más acogedores esperándole.

N/A: Este cap va por y para todos mis seguidores, actuales y futuros. Mil Gracias por estar ahí !

Contra viento y marea... así lucho yo para seguir publicando. Ya falta menos para llegar al final de esta historia chic@s.

ELE

8 comentarios:

  1. AAAAAAAAAAhhhhhhhhhhh!!!!!!!!! Dios!!!! pues claro, no me hiciste esperar como siempre!!!! ajajjaja... me ha encantado! pero tengo pena T.T como se van a separar T.T aunque bueno jajaja... siemrpe que me siento así por esta historia pienso "tranquila, ya sabes que continua con rwegalo de amor" pero a veces es inevitable!!! ajjajaj... bueno, fantástica como siempre elen, me ha encantado... solo espero el que sigue y aun no puedo aceptar que ya va a terminar T.T bueno, te dejo, in-cre-i-ble, besos y nos leemos pronto =)

    ResponderEliminar
  2. From: Aroa Multicolored Petals desde www.fanfiction.net

    -------------------

    Lo he visto esta mañana aunque no podía pararme a leerlo. Tienes The Host
    muy adentro y eso se nota :)
    -------------------

    ResponderEliminar
  3. yo tambien espero que tu finde haya sido muy bueno, gracias por avisarme del nuevo capitulo me ha encantado muestra varios sentimientos y en mi opinion esta historia cada vez esta mas interesante.
    mari

    ResponderEliminar
  4. From: Lily Masen de Lioncourt desde www.fanfiction.net

    -------------------

    mmmm..vaya, las cosas siempre cambian

    ResponderEliminar
  5. Carolina Locuras Máximo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "La huésped nº 37 - Cap 14 - Contra viento y marea ..."en el blog "las húespedes lemmoneras"

    Soy la primera!! jaja me encanta tu historia, y este capítulo es... en dos palabras: im-presionante
    jaja no en serio, me encanta como escribes, y este capitulo esta super bien, aunque lo has cortado en el momento más interesante ¬¬
    jaja sigue escribiendo!!

    ResponderEliminar
  6. Natii: NECESITO EL CAP 15!!!! :)

    ResponderEliminar
  7. :3 lamento tanto no haberte dejado un comentario antes... Pero copie todos los capitulos y los lei en mi celular, termine a las 3 de la mañana (: ajajaj, tengo sueñño peor valio la pena. ! (: me encanto de verdad. anets había leido Jamie y Elen y Regalo de amor, asique fue lindo seguir leyendo de estos dos ! (: OJala sigas escribiendo ! (:

    Mee despido. Ojala actualices pronto!

    ResponderEliminar
  8. From: Conii Cullen O'Shea desde www.fanfiction.net
    -------------------

    Simplemente me encanta :3 me lo lei todo de un tiron y me encanto!.. te deje
    un comentario en tu blog (: Ojala puedas actualizar pronto! Saludos!
    -------------------

    ResponderEliminar

Tú opinión es importante... ¿Me la dices?.