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Donde doy vida de nuevo a los personajes que me atraparon y me arrastraron a su mundo, uno que sólamente es posible entre las páginas de un libro.
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CoreanoÁrabe

domingo, 20 de febrero de 2011

La huésped nº 37 - Cap 15 - Resolución


N/A: Y llegamos al final de esta historia... bueno, casi.

CAPÍTULO 15 – RESOLUCIÓN

Dos semanas. Ese fue el margen de tiempo que les llevó a los chicos culminar la tarea que se habían auto impuesto. En realidad podrían haber ido y vuelto en la misma noche, pero por cuestiones de seguridad se alejaron tanto como se atrevieron sin contar con el respaldo de Wanda. No convenía nada que se desatase la histeria en las ciudades cercanas, ni que las carreteras de alrededor se llenasen de buscadores... cosa que, por descontado, pasaría en cuanto los dueños de la casa afortunada diesen la voz de alarma.

Para mi desconcierto, ante la verdadera avalancha de voluntarios, Jared e Ian se habían visto obligados a sortear el "honor" de participar en tan delicada y peligrosísima misión. Al parecer , tío Jeb no se marcaba ningún farol cuando aseguraba que allí la gente se aburría y que los chicos echaban de menos la acción.

Si el segundo punto lo demostró la "operación colchón", el primero quedó patente varias noches después de la partida de los expedicionarios.

Me tocaba ayudar con el horneado del pan y... los últimos comensales todavía remoloneaban por las cocinas cuchicheando. Nada me hizo sospechar que estuviesen esperando a que pasase algo hasta que empezaron a llegar más gente, sola o en pequeños grupos de dos y tres; entonces lo comprendí. Un minuto más tarde, mi intuición se vio confirmada cuando tío Jeb hizo acto de presencia y, apoyándose en el marco de piedra de la entrada con los brazos firmemente cruzados sobre el pecho, dijo las palabras mágicas que detuvieron en seco mi corazón.

- Elen, cuando quieras. Creo que ya estamos todos.

Deseché alegar las notorias ausencias, en un intento desesperado de zafarme, por razones obvias: No solamente estaba condenado de antemano al fracaso, sino que también resulta completamente inútil retrasar lo inevitable; y con un resignado suspiro, me devané los sesos pensando por dónde empezar... Al menos me quedaba el consuelo de que mis padres eran almas relativamente jóvenes con sólo dos y tres vidas anteriores respectivamente. Bueno, fue un consuelo hasta que descubrí que eso implicaba tener que hablar antes, y quizás con más detalle, de esta última... y por ende de mí misma.

Aquella primera vez opté por centrarme en el mundo de las flores. Allí fue donde nació y pasó sus dos primeros ciclos vitales mi madre. No es que pudiese contar mucho..., al fin y al cabo no era mi vida. Pero gracias a la oportuna intervención de Wanda, que tomó el relevo cuando me quedé sin material, bendito Ian por no permitirle acompañarlo en esta ocasión, pareció resultarles suficiente. Ni tan siquiera formularon una pregunta.

Las tres siguientes versaron sobre mi padre y sus experiencias en el mundo cantante, el de las arañas y el de los delfines... De nuevo Wanda me hecho una mano para alargar las conversaciones de forma que cada mundo consumiera todo el tiempo y, curiosamente, de nuevo nadie hizo preguntas. Pero eso cambió a partir de la cuarta...

Desde entonces, cada anochecer se convirtió en mi particular descenso a los infiernos mientras cumplía mi parte del trato impartiendo aquellas peculiares clases. Trataba de disimularlo, claro, respondiendo a todas las cuestiones con una forzada media sonrisa en los labios. Ilógicamente algunas noches, pocas en realidad, me era más fácil que otras no ceder a las angustiosas ganas de salir huyendo. Y digo ilógicamente porque no tenía nada que ver con la naturaleza de las preguntas que me formulaban, tampoco con el grado de dolor e incomodidad que me producían los recuerdos que me veía forzada a evocar. Que va. En realidad tenía más que ver con que Isaiah y libertad se las apañasen casi siempre para colocarse a mis flancos... motivo por el cual, como agravante añadido a mi infelicidad, veía como Jamie y su alentadora sonrisa se camuflaban entre el resto de oyentes.

Las preguntas de Doc eran siempre de orden practico. Cómo se las ingeniaron mis padres para dar esquinazo a los buscadores y recogerme... Si seguían presentes los anfitriones entonces... Dónde conseguíamos las medicinas... Otros en cambio solamente sentían morbosa curiosidad, como Lacey. Ella fue la que preguntó quién decidió aceptarme y protegerme primero... y si tuvo que convencer al otro. Y contrariamente a lo que esperaba, tío Jeb nunca intervino. Cuando, por puro azar, nuestras miradas se cruzaban en mi búsqueda de la de Jamie, simplemente me guiñaba un ojo o esbozaba una inmensa sonrisa...

...A Libertad en cambio le fascinaban las pequeñas anécdotas de mi niñez. Y precisamente estaba complaciéndola cuando la inesperada aparición de cuatro figuras cubiertas de polvo de los pies a la cabeza rompió el silencio; disolviendo instantáneamente la reunión y mi modo de vida.

Lily y Heidi eran buenas compañeras de habitación, incluso sospecho que me cedieron el rincón más acogedor de la cueva... Mi colchón era tres veces más cómodo que el duro catre del reino de Doc... las sábanas más suaves y la manta más esponjosa... Incluso me habían traído una almohada de plumas... y sin embargo habría dado cualquier cosa por retroceder en el tiempo, aunque eso significase volver a pasar por la dura etapa de profesora informal, que gracias al cielo ya había concluido.

Y en cuanto a Jamie..., bueno..., digamos que me pasaba el día recordando, con cierta nostalgia y una pizca de frustración, como en numerosas ocasiones, estando juntos en el hospital de Doc, mi habitación improvisada, me había llegado a preguntar a mí misma qué más le podía pedir a la vida... Como, al margen de ser correspondida en mi amor imposible, jamás se me ocurrió que pudiese existir algo más que desear...

...Ahora en cambio sé que lo hay. Ya lo creo que lo sé. Que entre nosotros no cambiase nada. Pero eso es imposible. Todo cambia, crece, evoluciona... e incluso muere. Y por mucho que me pese admitirlo en lo que a él respecta, lo cierto es que las relaciones y afectos no son ninguna excepción; como muy bien había comprobado durante mi proceso de integración con todos aquellos que ahora consideraba mis amigos y familia.

Puede que mi amor por él aumentase día a día hasta hacerme desear gritarlo a pleno pulmón..., pero eso no era ninguna garantía de que su cariño no pudiese menguar... e incluso llegar a extinguirse. Pero claro, eso es difícil de juzgar cuando apenas si ves a la persona en cuestión más de dos minutos a solas...; o algún día que otro.

Hoy, por ejemplo, una vez más, no formaba parte de mi cuadrilla de trabajo. Así que, cuando anunciaron el descanso para comer, no fue sólo el apetito lo que dio alas a mis pies... Y, una vez más, al llegar a las cocinas comprobé con desilusión que mi turno de comida tampoco coincidía con el suyo y... por consiguiente, una vez más, me sentí miserable y sin apetito.

De hecho, si me dirigí al mostrador donde estaban expuestos los alimentos, con el alma pesando como bolitas de plomo alojadas en los pies, fue por pura inercia. Una vez allí hice caso omiso de las exquisiteces frescas que brindaba el alijo recién llegado y tomé un tosco panecillo de los pocos que quedaban del día anterior. Me entretendría jugueteando con él mientras simulaba prestar atención a la animada cháchara de Isaiah, que como siempre, ya me estaba reclamando para que fuese a sentarme con él.

Forcé una sonrisa en respuesta a la suya cuando tomé asiento. Y a los pocos minutos me sorprendí a mí misma riendo sus gracias. No sé como se las apañaba, pero parecía tener un don especial para aliviar mis penas y animarme, aun sin ser consciente de ellas. ¿Por qué nadie lo era? ¿O sí...? En cualquier caso, estar con él siempre resultaba agradable y divertido... y por supuesto, mucho mejor que consumirse en la añoranza por Jamie. Añoranza que, invariablemente, se veía acentuada todas las noches en los instantes previos al sueño; y algún que otro amanecer también... Entonces era cuando más extrañaba nuestra antigua complicidad: Echaba de menos nuestras largas conversaciones, su respiración, observarlo dormir cuando yo no podía hacerlo...; el vuelco que daba siempre mi corazón al ver su hermoso rostro nada mas abrir los ojos, tras despertar de un sueño tranquilo y reparador...

Mmmm... Un sueño tranquilo y reparador..., algo que también comenzaba a echar de menos, por cierto. Quizá por eso estuve a punto de dormirme durante la cena, a pesar de que al fin veía cumplido mi deseo y tenía a Jamie a mi lado.

- No me digas que ese par de cotorras te tienen toda la noche en vela. –Bromeó refiriéndose a mis compañeras de alojamiento, que acababan de retirarse a descansar, mientas me revolvía el pelo– Y yo que creí que te dejaba en buenas manos...

- Anda vete a dormir, cielo. –Me ordenó con dulzura el tío Jeb. Y aunque a regañadientes, lo hice...

... o lo habría hecho si a medio camino no me hubiese alcanzado Jamie.

- ¡Elen, espera! –Me llamó.

- ¿Pasa algo? –Inquirí más desconcertada que curiosa.

- Pasa que creo que ya es hora de que hablemos seriamente de ti y de mí –desvío la mirada antes de continuar, un poco menos decidido.– Hoy... hoy me he dado cuenta de algo muy importante, ¿sabes?.

- ¿Sí? ¿De qué? –Pregunté con el corazón a punto de escapárseme por la boca.

- Pues... Hoy al medio día te vi hablando con Isaiah. Parecías... Parecías tan a gusto que eso me dio mucho en que pensar...

Tragué en seco, pero fui incapaz de volver a hablar..., e incluso de respirar.

- Creo... dudó– creo que desde que llegaste te he estado monopolizando bastante.

No me gustaba esta conversación. Desde luego no se parecía en nada a lo que me imaginé cuando comenzó ¿A que venía?. No podía ser que estuviera celoso, ¿o sí?. Mi corazón se aceleró lleno de esperanza.

- Supongo que es hora de que os deje espacio. –Bufó y esbozó un amago de sonrisa triste mientras negaba con la cabeza. Luego, sin mediar una sola palabra más ni esperar algún tipo de respuesta por mi parte, dio media vuelta y comenzó a alejarse.

- ¡Espera! –Grité. Bueno..., debí ser yo. Porque en aquel túnel no había nadie más y porque era mi voz la que rebotó en las paredes rocosas, pero...

Se detuvo en seco. Aunque no se giró para mirarme.

Lo estaba perdiendo. Eso es lo que estaba pasando y debía hacer algo. Quizá fuese un error y lo acabase de estropear todo, pero las palabras comenzaron a salir de mi boca, esta vez sí, nada más formarse en mi mente.

- Yo..., yo no quiero... –Por fortuna se me quebró la voz. Esas décimas de segundo sirvieron para darme cuenta de que no podía decirle la verdad, al menos no sin saber antes lo que para él significaba ese "dejar espacio". Así pues, rematé la frase con un "no verte".

Todavía sin volverse, se encogió de hombros.

- No es que la cueva sea muy grande, ¿a que no?. Lo más probable es que tropecemos constantemente. –Murmuró con cierta frialdad. Aquellas palabras, y más que nada el tono con que las pronunció, fueron como un golpe seco en mi pecho.

¿Por qué no me miraba? ¿Era consciente de lo cruel que resultaba su actitud?... Seguramente no. Simplemente se mantenía ahí, de espaldas..., con los brazos colgando a los costados... Deshaciéndose por fin de su obligación de niñera sin pararse a considerar la conveniencia o no del método empleado. Y mientras tanto, mi mente, pobre ilusa, no dejaba de hilvanar aquella otra posibilidad: ¿Y si eran los celos los que le impulsaban?

- No me refería a eso. Yo...

Me adelanté unos pasos. Y con mano temblorosa, deslicé deliberadamente lento un dedo a lo largo del interior de su antebrazo mirando fijamente el camino que trazaba.

Era la primera vez que le tocaba de ese modo. Nunca antes había reunido el suficiente valor. Pero ahora buscaba cerciorarme de si él sentía a no una descarga eléctrica similar a la que hormigueaba por mi piel cuando me tocaba..,. porque eso sería una sólida prueba de que sentía por mí algo más que un cariño fraternal, ¿no?

No se apartó, ni su bello se erizó, mas escuché claramente un ahogado suspiro. ¿Se habría disgustado?

Pues claro que sí. Era imposible que él viese en mi a su mujer, su compañera. Durante unos segundos me había permitido soñar. Y había ido demasiado lejos. Puede que todas las mujeres de allí fuesen demasiado mayores para Jamie... pero aquel suspiro me recordó que yo no era mucho mayor que Libertad. Que a sus ojos, no sería más que una niña inexperta de 15 años.

Dejé caer la mano y me alejé un paso, sintiéndome hundida y un poco menospreciada.

- ¿Tú, qué? –Preguntó mientras se giraba lentamente.

Bajé la mirada para rehuir la suya. Luego incliné la cabeza sobre el pecho y negué enérgicamente con ella.

- Dímelo –Suplicó mientras levantaba mi barbilla con dos dedos.– Por favor. Quiero saberlo –Exigió con dulzura.

Tragué ruidosamente. Cerré los ojos e inspiré profundamente para tranquilizarme. En cuanto vacié los pulmones me arrojé de cabeza a la sartén. Completé mi humillante confesión. Total, ya que más me daba. Si todo estaba perdido... poco importancia tenía que mi orgullo siguiese el mismo camino.

- Yo... –musité casi sin voz– Te amo.

Apenas una décima de segundo más tarde, unas cálidas manos sujetaban mi cabeza mientras unos labios, suaves pero ardientes, presionaban los míos robándome el aliento.

Me dejé llevar. Era mi primer beso, y robado o no, quería disfrutarlo al máximo.

Un pequeño cosquilleo en el vientre..., una ligera sensación de ingravidez..., y de pronto, algo grandioso sacudió mi interior por completo, concentrándose y estallando en mi pecho haciéndome sentir débil y poderosa al mismo tiempo. Mis manos, por iniciativa propia, buscaron enredarse entre sus largos cabellos...

...Pero solamente encontraron aire.

Abrí lentamente los ojos. Era vagamente consciente de la realidad que me aguardaba, y no tenía ninguna prisa por enfrentarme a ella. Lo cierto es que habría dado cualquier cosa por demorar unos minutos más aquel encuentro. Pero la verdad, hiriente y fría como cuchilla de acero, se abrió paso a través de la acogedora bruma que mantiene al cerebro amodorrado tras un buen sueño: Después de todo, sí que me había ido a dormir.

Con los ojos anegados de lágrimas... con el corazón estrujado en el puño de hierro de la congoja... agudicé el oído hasta ubicar en la oscuridad a mis dos nuevas compañeras de habitación. Sus respiraciones acompasadas me indicaron que disfrutaban de un sueño placido que, inevitablemente, envidié.

Puede que, físicamente, Jamie volviese a la cueva que compartía con Aarón y Brandt pero... eso no impedía que siguiese formando parte de muchas de mis noches. Algunas, como esta, de forma tan intensa que..., no pudiendo reprimir por más tiempo el mar de sollozos que me estaba ahogando, con el corazón literalmente roto en un millar de trocitos sangrantes, abandoné de puntillas el dormitorio temiendo despertarlas y corrí a refugiarme, como tantas otras noches, al único sitio donde sabía que nadie me escucharía, la sala de juegos, para poder desahogarme dejando fluir libre e incontenible mi llanto hasta que no me quedasen más lágrimas o hasta que me venciese el sueño, lo que sucediese antes.

No quería ni imaginar que pasaría cuando llegase la época de lluvias... ¿Dónde iría cuando esa fuese la habitación común? ¿Empeorarían mis sueños al volver a tenerle cerca por las noches?...

Las respuestas a esas dos cuestiones no se hicieron esperar demasiado; dos semanas a lo sumo: La zona de almacenaje y... un rotundo SÍ.

Pero ahora, al año justo de mi llegada a las cuevas y coincidiendo con el día de su diecinueve cumpleaños... me proponía dar respuesta, de una vez por todas, al par más vital de todas cuantas me hubiese planteado jamás: ¿Realmente era mi amor tan imposible como yo me empeñaba en creer? ¿O..., por el contrario..., me amaba tan en silencio como yo a él?

Dedicado a Lullaby ¡Feliz Cumpleaños !Pero muy especialmente a todos los que seguís esta historia pacientemente desde su comienzo. Sois los mejores lectores que nadie pudiese tener. Un millón de gracias! Y un epílogo (Lo publicaré el viernes... si es que tengo capacidad para esperar jajaja pues ya lo tengo escrito)

ELECTRICA

7 comentarios:

  1. From: Aroa Multicolored Petals desde www.fanfiction.net
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    Cariño...siento decirte que no lo consigues... LO SUPERAS!

    Cada día me es más difícil expresar con palabras como me dejas al llegar al
    punto y final, no veas que sorpresa me he llevado cuando he visto el aviso en
    mi correo... Esperaré con muchas ganas tu epílogo, que no puede hacer más
    que superarse.

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  2. From: Neny W. Cullen desde www.fanfiction.net
    -------------------

    Hermana mia, no sabes lo orgullosa que me siento al leer cada una de las
    letras impresas en este hermoso capitulo...como lograste unir las historias
    como es la huesped 37 con regalo de amor! de verdad...pobre Elen, un sueño
    asi te deja con ganas de mas!

    Amo a tu Jamie y a Elen, de verdad que en mas de una año termino siendo parte
    escencial de mis personajes favoritos de the host!

    Te quiero amiga mia y de verdad que amo tu historia...mi huesped favorita!

    Te quiero

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  3. From: Conii Cullen O'Shea desde www.fanfiction.net
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    OOhhh! me encanto :3

    Puchiii deberías subir el capitulo!.. D: no quiero que se termine... eso si,
    no puedes acabarlo sin antes que se sepa lo que siienten u_u poorfiis :3

    Buenooo, ojala puedas subir. Saludooos! (: y Porfis actualiza como la crema y
    la canela! :D

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  4. esto es maravilloso es en oncreible enserio ame esta historia,,tienes un talento,enserio lo ame!!

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  5. Alfa Beiita Maravilla desde el blog "las húespedes lemmonera":

    Ola electrica!! Jaja soy la 1ª
    Buah, te estas superando!! aunque cuando e leido lo del sueño me han dado ganas de matarte eh!! Jaja, bueno, ya te comentaré en el epilogo
    Muchos besos...

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  6. Alfa Aririi Linda desde el blog "las húespedes lemmoneras:

    me encanta electrica te quedo genial aunque el sueño es muy triste pero bueno aun así me encanta eres genial

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  7. romii através del facebook:
    ahhhhhhhhhhhhhhh ay ya ya ya... ya lo leí!!!!!!!! agggggggggg shit!!!! como me haces eso!!!!!!!! jajaja primero me confundí y pensé que era un final alternativo, y luego me doy cuenta que es un sueño!!!!!! aggggggggg quise patearte ele jajaajja estuvo hermoso!!!!!!!! me en-can-to!!!! pero me dejó mal, asique ahora mismo volveré a leer regalo de amor jajjaja ya me lo he leido y releido más de siete veces jajajaja besos y estupenda como siempre ele

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