Bienvenidos a ELÉCTRICA OBSESIÓN


Donde doy vida de nuevo a los personajes que me atraparon y me arrastraron a su mundo, uno que sólamente es posible entre las páginas de un libro.
EnglishAlemánFrancésEspañolItalianoNetherlandsRusoPortuguésChino SimplificadoJaponés
CoreanoÁrabe

martes, 17 de mayo de 2011

Como la crema y la canela - 2º Epílogo (Jake)



2º EPÍLOGO

JAKE POV

Embry tenía razón, con el transcurso de las semanas Nessie se fue poniendo tremenda. Y aunque ella lloriqueaba a veces diciendo que estaba horrible, yo seguía viéndola como la chica más hermosa del universo.

Por las noches –demasiado molesta ya para pasarlas acurrucada contra mi pecho– me encantaba acomodar mi espalda contra su voluminosa pancita, y así sentir las pataditas mientras reposábamos en silencio en espera de que nos venciera el sueño, o trazando nuevos e ilusionados planes de futuro. Por suerte para mí y mis pobres nervios, –desde el incidente con aquel chupasangre estaba seguro de no llevaría nada bien que deambulase por los bosques sin llevarme pegado a su cadera, por muchos ojos lobunos que la vigilasen– Nessie había erradicado por completo de ellos el proyecto del centro naturalista, alegando que esa ocupación requeriría más tiempo del que estaba dispuesta a dedicarle, ya que jamás había pretendido ingresar en el club de "las madres demasiado ocupadas para atender a sus hijos". Y de día... De día siempre estaba dispuesto a colmarla de mimos para aliviarla y que no se deprimiese. En realidad todos lo hacíamos. Era como si fuese la única mujer capaz de concebir de toda la tribu. La gran esperanza Quileutte. Hay que ver como pueden llegar a cambiar las cosas y las personas...

Billy... bueno, mi padre no cabía en sí de gozo: Al fin iba a ser abuelo. Le faltó tiempo para anunciarlo a bombo y platillo por toda la reserva junto a sus abuelos. Y ni que decir que Alice se volvió loca al teléfono, planeando inmediatamente multitud de fiestas: Una para agasajar a la embarazada..., otra para celebrar el nacimiento..., la del bautizo..., todo entre grititos entusiasmados. Casi deja sorda a Nessie, quien tuvo que colgar dejándola con la palabra en la boca.

Pero como por desgracia no todo pueden ser alegrías en esta vida, tan magno acontecimiento reabrió las antiguas heridas causadas por la perdida de los seres queridos, en especial la más reciente, pues su madre ya no estaba tampoco para festejar con nosotros... Se fue a dormir una noche para no despertar jamás, seis meses después de la boda. Al menos a mi Ness le quedaba el exiguo consuelo de que su muerte fue dulce, es decir: apacible e indolora...

...Justo lo contrario a la noche que ella acababa de pasar.

- Buenos días, preciosa –susurré besando sus párpados cerrados.

- Buenos días –respondió tratando de enfocar entre bostezo y bostezo.– ¿Qué hora es?

- Casi las once.

Puso mala cara y luego protestó:

- ¡Jake! ¿Por qué me has dejado dormir tanto?

- Bueno... yo no lo calificaría así después del partido de fútbol de anoche.

- ¡Oh! Sentimos no haberte dejado dormir..., otra vez –se excusó mientras la ayudaba a incorporarse y sacar las piernas fuera de la cama. Últimamente había tomado la costumbre de usar el plural para dirigirse a sí misma... Algo que yo encontraba de lo más tierno y encantador.

- Nop. Me temo que la peor parte te la llevaste tú solita. Por eso no te desperté esta mañana al levantarme. Evidentemente necesitabas descansar, y tu sueño parecía tan sosegado entonces... Además, ya te dije ayer que hoy no iría al taller, hay poca faena y Sam, Quil y Embry pueden apañárselas sin mí, así que no pienses que yo he madrugado mucho tampoco.

- ¡Oh! Lo olvidé. Vale. Gracias. Tienes razón, la verdad es que a sido una noche muy movidita. Supongo que a estas alturas no queda mucho espacio hay dentro, a pesar de que parezca un zeppelín. –Comentó haciendo un infantil mohín de disgusto.

- Pues eres el zeppelín más bonito que he visto en mi vida. –La animé, besando la punta de su nariz.

- Si me lo dices así... tendré que creerte.

- Más te vale –repliqué sonriendo de oreja a oreja, acuclillándome delante de ella para ponerle las zapatillas.

- ¡Uf! A veces pienso que no volveré a verme los pies. –Gimoteo.

- Sue asegura que saliste de cuentas antesdeayer, eso quiere decir que ya te queda poco para pintarle la uña a este pícaro gordito si te place. –Dije jugueteando con su dedo gordo como si ella fuese una niñita pequeña, haciéndola reír.

Una risa que fue abruptamente sustituida por un quejido de dolor, al mismo tiempo que el pie escapaba de mis manos y las suyas sujetaban desesperadas su vientre... Pero lo que realmente me alarmó, hasta el punto de salir pitando en busca de Sue Clearwater, fue el enorme charco que se formó en el suelo, pese a que gran parte del líquido –para alivio de ambos, incoloro– quedase empapado en el borde del colchón.

No recuerdo exactamente como lo hice... Seguramente el horror pintado en mi semblante les dio toda la información que mi boca no era capaz de articular, porque creo que no conseguí balbucear gran cosa aparte del atropellado "ya rompió", que repetía una y otra vez como un disco rallado. La verdad es que apenas recuerdo haber corrido de casa en casa, rezando porque ni Sue hubiese decidido pasarse a visitar a Charlie –últimamente pasaba mucho tiempo allá, alegando la pobre excusa de alguien debía preocupase de cocinarle algo decente de vez en cuando– ni Emily a su hermana, la madre de Claire... En cualquier caso estuve de vuelta en menos de lo que canta un gallo, –bueno..., suponiendo que los gallos tardasen como media hora– trayendo conmigo a una legión de curiosos además de mi padre, sus abuelos y las dos mujeres que necesitábamos.

Para mi angustia, Nessie permanecía tal y como la dejé. No se había movido ni un milímetro, aunque el charco a sus pies había aumentado considerablemente de tamaño con cada contracción.

- Billy, Moses... despejad la casa. No quiero a nadie que no sea familiar directo en ella. Selma, por agua a hervir. Jacob, necesitaremos agua, el botiquín que deje aquí la semana pasada, las palanganas, un cubo y muchas toallas y paños limpios... –ordenó Sue, tomando el control absoluto de la situación– Emily, ayúdame a tumbarla. ¿Cada cuánto son las contracciones, Ness? –Siguió diciendo a mis espaldas mientras me encaminaba hacía la puerta.

No alcancé a escuchar la respuesta, si es que la hubo, pues literalmente salí disparado por ella a recopilar afanosamente todo lo que me habían pedido, añadiendo por mi cuenta la canastilla que Nessie tenía preparada desde hacía un mes, en cuanto volvió a quejarse.

Una vez entregado todo, Sue me tranquilizó repitiendo lo que evidentemente ya le había dicho a Ness. Al parecer el parto propiamente dicho ya había comenzado antes de que rompiese aguas, –un par de horas por lo menos– aunque las contracciones habían sido demasiado suaves, cortas y espaciadas como para perturbar su sueño; y por lo visto iba a ser de los "rápidos", pues en estos momentos las mismas se sucedían en intervalos de cuatro o cinco minutos y ya había dilatado casi cinco centímetros.

Por las clases prenatales ambos sabíamos lo que eso significaba: a partir de ahora sería más lento y doloroso. Por eso mismo me senté en el borde de la cama, dejando mi mano a su alcance dispuesto a permitir que la triturase, hablándole de mil tonterías en un vano intento de distraerla.

Dos horas más tarde, con el corazón encogido de tanto verla retorcer las sábanas y apretar los dientes, fui en busca de agua fresca para darle de beber y otra remesa de toallas limpias. En la cocina me recibió el repiqueteo de una cacerola con agua hirviente –recuerdo haberme preguntado distraídamente si todavía sería la misma que Sue pidió hace ya tanto– y el aroma a café recién hecho. Billy y sus abuelos sorbían de sus tazas, aparentando tranquilidad, aunque sus ojos desmentían la farsa.

Apenas transcurrió una hora cuando dejó de contenerse y su mano busco la mía con desesperación. Situada al otro lado de la cabecera, Emily, le paso un paño húmedo por la frente murmurándole palabras de aliento. Sue y ella se habían turnado para picotear algo en la cocina... pero a mí, sinceramente, no me entraba ni un sorbo de agua. Y no digamos a mi niña.

Cuatro hora después, –a esas alturas las contracciones ya eran cada dos minutos y la dilatación de ocho centímetros– comencé a dudar del buen juicio de las palabras de la comadrona. ¿Sí esto era un parto corto, cómo sería uno largo? Afortunadamente, a mis doloridas articulaciones les bastaba con el intervalo entre apretón y apretón para recuperarse. Ventajas lobunas. No así a mis nervios.

- Jake, necesito que tires esto y traigas agua limpia –pidió entonces Sue, alargándome la vasija que traje en primera instancia– Emily, acompáñale y tráete la hervida. El gran momento ya esta aquí.

Para mi sorpresa e indignación, a la vuelta, Sue y Emily pretendieron echarme de la habitación. Algo que desde luego no entraba en mis planes ni en los de Ness, quien aferró mi mano suplicando: "Quédate conmigo, Jake".

- Esta bien. –Claudicó Sue.– Pero entonces se útil –rezongó colocando una de las palanganas a mi alcance. –Refréscala con esto. –Agregó entregándome un paño seco y llenándola con el agua fría.

Por supuesto que su comentario: "se útil" me enfureció sobre manera. Era la gota que colmaba el vaso de mi agotada paciencia ¡Como si yo hubiese estado de juerga durante estas ocho horribles horas!... no obstante apretujé ese enfado hasta hacerlo una bola y luego lo encerré en alguna parte donde no molestase ni me distrajese de lo que verdaderamente importaba en estos momentos... todo ello en apenas una milésima de segundo.

Inmediatamente empapé el paño y –no sé cómo me las apañé para escurrirlo con una sola mano– lo pasé por su frente sudorosa, mientras sus dedos se apretaban alrededor de los míos y de sus labios escapaba un siseo bajo. Para mí no era más que una leve presión... sin embargo sabía que, en esta ocasión, cualquier otro hombre habría rechinado los dientes, al igual que cualquier otra mujer habría gritado a pleno pulmón.

- Sé que duele mucho, nena. Así que déjate ya de heroicidades. Grita todo lo que necesites, cariño. –La conminé, sabedor por experiencia propia del alivio que supone no andar conteniéndose.

Estoy seguro de que me lo habría negado, restándole por enésima vez importancia a su sufrimiento, pero surgió algo más urgente que llevarme la contraría. Y esta vez se le escapó un prolongado y agónico gemido.

- Vale. Has dilatado bastante. –Informó Sue a mis espaldas– Hora de Empezar a empujar, cariño. ¿Lista?.

Nessie asintió, extremadamente pálida.

- ¡Ahora! ¡Empuja! –Ordenó.

La presión alrededor de mis dedos se intensificó cuando alzó la cabeza apretando los dientes. Apenas medio segundo después se dejó caer exhausta. El sudor volvía a perlar su rostro y su respiración era entrecortada.

Mi mente trabajaba a mil por hora, buscando desesperadamente el modo de aislarla del lacerante dolor que trataba de ocultarme a cada asalto.

- Ness, haz como yo. Respira como yo, cariño. –Indiqué recordando de nuevo las clases de preparación al parto. Y comencé a jadear.– Eso es mi amor. Sigue así. –La animé cuando imitó mi respiración.

- ¡Otra vez, Ness! ¡Empuja! –Apremió Sue.

Esta vez yo mismo hice fuerza. Como si así pudiese ayudarla y mitigar sus esfuerzos.

- ¡Ya esta aquí! ¡Ya veo la cabecita! Un último esfuerzo, cariño. –Alentó la madre de Seth.

Miré sobre mi hombro. Emily ya estaba a su lado, preparada con una toalla suave.

Entre el gorgoteo sordo de la sangre y el líquido amniótico, –entremezclados en una nueva remesa que enrareció aún más el ambiente– se elevó el agudo llanto del bebé. Nuestro bebé. Dejándome aturdido y al borde de las lágrimas.

Apenas tuve tiempo de verle... Pero juraría que debajo de la tintura rojiza que le bañaba por completo, su piel era tan nívea como la de su madre.

- ¿Esta bien? ¿Cuántos dedos tiene? –Exigió con un hilillo de voz mi esposa.

- ¡Felicidades! Es una niña. –Repuso Emily.

- Y muy sana. –Nos tranquilizó Sue mientras procedía a limpiarla y examinarla.– ¡Menudos pulmones!

- Una niña –repetí, flotando todavía entre las nubes.

A medida que me hacía a la idea, –ninguno de los dos habíamos querido conocer su sexo antes de ahora– el corazón me explotó en el pecho despidiendo una repentina oleada de amor hacía las dos mujeres de mi vida.

- ¿Sara? –Susurró mi amor en cuanto nuestros ojos se encontraron. Los míos emocionados, los suyos vidriosos y cansados.

Se me apretó aún más el nudo de la garganta. Incluso ahora seguía pensando en mí, en complacerme, pues quería ponerle el nombre de mi madre.

- Sarabella. –Sugerí. Añadiéndole el apodo cariñoso con el que el padre de mi Ness llamaba a su mujer.

Mi suegro debió ser un gran tipo, locamente enamorado. Mientras otros hombres se conformaban con Cari, Gordi o cualquier otra memez, él piropeaba a su esposa llamándola guapa en Italiano.

Nessie me sonrió y luego cerró los ojos. Su respiración sibilante distaba mucho de ser acompasada, y su mano aflojó un tanto el agarre que ejercía sobre la mía.

- ¿Sue? –Llamé súbitamente alarmado, haciendo que volase hasta el otro lado de la cabecera.

- No te preocupes, chico. Deja que descanse y recupere algo de fuerza. Va a necesitarla dentro de poco –musitó tras tomarle el pulso.

No se equivocaba. Como si sus palabras lo hubiesen provocado, su cuerpo se arqueó, la mano estrujó de nuevo mis dedos y ella gritó de dolor con los ojos desencajados.

- ¡Emily! Prepara otra toalla. –Instruyó Sue, volviendo a ocupar su puesto a los pies de la cama.– Vamos allá, pequeña. Ya sabes lo que hay que hacer... ¡Ahora! –Instó.

Y mientras los músculos del amor de mi vida se tensaban presos del sobreesfuerzo, yo me sentía morir por hacerla pasar por esto.

- Este viene más lanzado. Un empujón más y listo, preciosa. Venga que tú puedes. –Arengó Sue, demostrando una vez más su experiencia y capacidad como comadrona. Y un nuevo llanto rasgo el aire.– Sí, señor. El pequeño Noah traía prisa. –Declaró tendiéndoselo a su ayudante.

- Y todo en su sitio. –Comentó Emily, envolviendo su cuerpecillo moreno con la toalla, al mismo tiempo que guiñaba un ojo a mi mujer, que suspiró aliviada dejándose caer fláccidamente sobre las almohadas.

- No te asustes..., Jake..., no te librarás de mí... –susurró antes de deslizarse en la inconsciencia propia del cansancio extremo, llevándose uno de mis besos consigo. El más apasionado que se puede dar en la frente.

FIN

N/A: Bueno.. ahora si que sí. Gracias por acompañarme en este viaje. No diré que fue un camino de rosas... a veces se acabaron los pétalos y tuve que caminar descalza sobre los espinos... ¿Merezco sus comentarios a cambio? Gracias y quien sabe... quizá volvamos a vernos en otro fic Twilight pero por si acaso aprovecho para despedirme de mis seguidoras Team Jake. XDD Gracias por vuestra paciencia!.

Aunque...por otra parte - no os prometo nada pero...- mi mente acaricia una antigua idea que podría convertirse muy bien en la segunda parte de este fic. Incluso se me viene un título "Amor eterno"... Pero mejor no prometo nada de nada. Lo siento, la inspi no esta para hacer promesas. Una cosa son las ideas (que tengo muchas) y otras poder expandirlas y plasmarlas en letras.

12 comentarios:

  1. From: Aroa Multicolored Petals desde http://www.fanfiction.net
    -------------------

    Mellizos! Ya veo a Jake loco de sobreprotector, me encantan siempre las
    narraciones de Jake, es tan fácil imaginarme todas las escenas que a veces
    tengo la película en mi cabeza xD

    Le has cogido gusto al Team Jake, así que no te veo de despedirte tan pronto.

    ResponderEliminar
  2. ele cada dia me sorprendeses mas ,como te sale todo eso de la cabeza?! eres maravillosa,lastima que tu tenian suenho y yo con poco internet,por que nuestras conversasion en fb estaba muy interesante en mi opinion
    besosss
    Mel Pervinca

    ResponderEliminar
  3. blanca black cullen
    me encanto el final
    fue lo mejor de todo
    es fantastico
    llorare
    dios
    ame la historia lo juro
    y espero que te convensas de continuarla
    :D
    visita mi blog please
    es:)
    http://blaby-show.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  4. precioso desde ke comence a leer esta historia me enamore de ella gracias y suerte

    ResponderEliminar
  5. From: alexblackcullen desde http://www.fanfiction.net

    wooww...fue un parto..bien complicado...pobre nessie y jake...fue
    torturador...jajajaja...pero obtuvo...dos regalitos...y...mira..que nos diste
    gusto a todas...

    bueno es una lastima que terminara...pero..creo que estuvo genial... valió la
    pena esperar un año...jajaja...para ver el final...espero tener noticias de
    ti pronto...por si decides...continuarlo...bueno felicidades...

    ResponderEliminar
  6. Ele sin palabras. No podría imaginar un final más perfecto. Felicidades
    Y me encantaría leer la secuela, pero entiendo lo de a inspi.
    De todas formas, esperaré lo que haga falta...
    Besos y salu2 desde Madrid

    ResponderEliminar
  7. hola guapa el epilogo la segunda parte de la crema y la canela me ha encantado te ha quedado fantastico, fabuloso..... te felicito es una historia magnifica
    mari

    ResponderEliminar
  8. Rubita desde el blog kokorosfriends
    simplemente HERMOSO!!!! que lindo final!! aunque me gustaria q no terminara, quiero felicitarte x la hermosa historia q nos regalaste , muy distinta a las demás , única, ojala tu inspi te ilumine y sigas con la 2ª parte , nosotras te estaremos esperando, un beso grande desde Bs as Argentina

    ResponderEliminar
  9. Giovanna Yuzlet nena me encanto el capi adoro a jake lo amo,me encanto espero que pronto sigas con la continuacion cuidate nena

    ResponderEliminar
  10. lizzie desde kokorosfriends

    sarabella y noah....me encantaron al igual que esta historia!!!!!!!!!!!!!

    plis no importa cuanto demosres cuenta conmigo para la segunda aprte de esta historia por que en verdad la ame!!!!!

    gracias mil gracias!!!!!!

    att lizzie

    ResponderEliminar
  11. From: CHELABLACK desde http://www.fanfiction.net
    -------------------

    Hola, apenas antier empecé a leer tu historia y me encanto, tanto que no
    quería dejar de leer ni para mis necesidades más básicas, lo bueno y malo a
    la vez es que ya la termine, ojala que te decidas por continuarla, espero que
    sí, me gusto la forma en que escribes y describes, aparte me encantaría ver
    cómo se las arreglan con su par de angelitos. Bueno te dejo, cuídate, nos
    estamos leyendo. Bye

    ResponderEliminar
  12. Amo el epilogo de Jake...amo este fic, de verdad me llevo a todas las emociones habidas y por haber...te quiero amiga mia
    Fic mas hermoso no hay!!
    Besos hermana!
    Nenys

    ResponderEliminar

Tú opinión es importante... ¿Me la dices?.