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CoreanoÁrabe

domingo, 1 de mayo de 2011

Como la crema y la canela - Cap 16 - A las puertas del paraíso




CAPÍTULO 16 – A LAS PUERTAS DEL PARAÍSO

JAKE POV

Me obligué a acomodarme a los pasos de mi padre, los cuales se me antojaban demasiado cortos y exasperantemente pausados, tratando de ignorar al mismo tiempo al nutrido grupo de familiares, amigos y curiosos en general que se agolpaban formando el colorido corredor viviente por el que desfilábamos.

La tienda ceremonial, confeccionada con antiquísimas pieles de ciervo y madera recién cortada del bosque, se erguía majestuosamente en mitad del poblado. Exactamente igual que hace un año para Emily y Sam, sólo que en esta ocasión era la madre de Ness y no Billy quien esperaba bloqueando la entrada.

Tradicionalmente debería haber sido el padre de Nessie, o en su defecto el abuelo, el encargado de hacerlo. –En el caso de Sam, dado que su padre los abandonó a él y a su madre siendo apenas un crío y no le quedaba ningún otro pariente vivo, recurrió a pedírselo al mío.– Pero gracias al cielo, para nosotros los Quileutte, la tradición no estaba reñida con la evolución. Es más, en el fondo y para mi orgullo personal, y a diferencia de otras muchas tribus, siempre habíamos dado muestras de ser un pueblo con un gran respeto hacía la mujer y sus derechos. Precisamente la ceremonia que estábamos a punto de realizar daba buena fe de ello.

Toda ella era una reminiscencia de las celebradas en el albor de los tiempos, cuando estas cuestiones obedecían más a alianzas entre clanes familiares y a encaprichamientos espontáneos de los jóvenes guerreros en plena efervescencia adolescente que al brote del genuino y puro amor mutuo... Y no obstante la última palabra, –mejor dicho: la decisión final, puesto que fuese cual fuese la razón que inclinase la balanza en una u otra dirección tan sólo ella la conocería por siempre jamás–, recaía en manos de la futura desposada, no importando los acuerdos y pactos establecidos con anterioridad por sus familiares.

Si ella no quedaba convencida por las palabras del celebrante..., o si no le agradaba la planta y/o la actitud del pretendiente... o simplemente no deseaba contraer matrimonio todavía; le bastaba con cerrar los ojos y volverse lenta y silenciosamente de espaldas al galán para que todo quedase disuelto y olvidado.

Claro que, ingenuidad aparte y ateniéndonos a la aplastante lógica, cabe suponer que la inmensa mayoría antepondría el miedo a las futuras represalias a su propia felicidad y bienestar, renunciando mansamente a ejercer su derecho a decir: NO.

Era reconfortante saber que nada de eso nos sucedería a nosotros.

Exhalé una y otra vez cambiando el peso del cuerpo de una pierna a la otra mientras observaba a nuestros progenitores representando la ceremonia de la entrega de mi dote, un enorme salmón de siete kilos que en teoría debería haber pescado yo mismo con las manos desnudas, –una vez más gracias evolución y tiendas de ultramarinos– y una gruesa manta rayada.

Como era de rigor, la señora Cullen fingió rechazar la oferta de plano, haciéndose de rogar y dando pie a entablar unas "arduas" negociaciones. Finalmente, ante la insistencia de mi padre y el añadido de otra manta al lote, ambos alcanzaban un acuerdo y procedían a levantar sus respectivos lados de la abertura de la tienda, dándome así vía libre. –Toda aquella farsa hábilmente escenificada en nuestra lengua mater siguiendo el guión preestablecido por nuestros ancestros.

Dentro me esperaban el más anciano de los venerables de la tribu y la ruborosa novia.

Tuve que parpadear varias veces hasta que mis ojos se acostumbraron a la mezcla de penumbra y humo reinante, antes de distinguirlos bajo la apocada luz procedente de un fuego agonizante.

El viejo Quil, el abuelo de mi amigo, llevaba un ajado tocado de plumas y mi Ness... bueno, su abuela la había envuelto con mimo en su propio chal de bodas de traza y modo que solamente mostrase los ojos. En los cuales, brillantes y profundos, mantuve clavados los míos durante toda la cháchara del anciano: Una retahíla exaltando las virtudes del joven que tenía ante sí, y que bien podría resumirse diciendo: guerrero imbatible, hábil pescador y cazador certero, –supuestamente las mismas que yo habría adquirido de vivir en la época en que tales cuestiones eran vitales– destinada a "asesorarla" sobre mi idoneidad como esposo, amante y futuro padre de sus hijos.

Sé que nuestros padres habían entrado detrás de mí para permanecer como mudos testigos apostados a cada lado de la puerta, sin embargo no notaba su presencia al igual que tampoco prestaba ya atención a la figura silenciosa del anciano, pues mis cinco sentidos estaban puestos en Nessie y en como, emulando el mismo gesto realizado por miles y miles de novias Quileuttes antes que ella, –la señal de aceptar el "consejo" sobre compartir lecho y vida con el guerrero que las pretendía– desplegaba con parsimonia el chal, igual que una delicada mariposa recién salida del capullo abriría sus alas al calor fortificante del astro rey, para luego dar un decidido paso hacía mí y volver a cerrarlo envolviéndonos a ambos.

Llegados a este punto, y puesto que habitualmente el ritual se celebraba coincidiendo con el crepúsculo, el celebrante y los dos testigos deberían retirarse discretamente para presidir los festejos en nuestro honor, dejándonos intimidad y las mantas... Nosotros, obviamente, no saldríamos hasta bien avanzado el día siguiente. Pero nuestra ceremonia era necesariamente distinta. No sólo había tenido lugar cerca del medio día sino que además teníamos que cambiarnos inmediatamente para cumplir con el segundo rito.

Con todo el dolor de mi corazón, y teniendo muy presente que si me arriesgaba a rozar sus labios... tal vez perdiese el control y con el la noción del tiempo, me limité a murmurarle la certera promesa del rápido reencuentro al oído y a depositar un casto y tierno beso en su frente, antes de abandonar la tienda.

Esta vez yo debía llegar el primero al pequeño claro cercano donde seguramente ya aguardaban todos los invitados, tanto los que instantes antes esperaban fuera como los que habrían tenido vetada la asistencia –básicamente los compañeros del instituto de Nessie–. Afortunadamente Charlie Swan y los tíos de Nessie, Emmett y Jasper, se habían ofrecido para mantenerlos a raya en ese lugar mientras durase la primera boda, preservando así su solemnidad. En cuanto a Alice y Rose... no pusieron ninguna objeción a esperarla en su habitación preparándolo todo para peinarla, maquillarla y vestirla. De echo, no fue necesario decirles nada..., ellas mismas alegaron que estarían demasiado ocupadas montando aquel improvisado salón de belleza y resolviendo pequeños inconvenientes de última hora; como por ejemplo los que causase la instalación de la alfombra... Y es que, por grotesco que resulte, esa fue la solución ideada por la hiperactiva "duende-organiza-bodas" para preservar el traje de Ness: colocar una alfombra desde su puerta hasta el mismísimo altar emplazado en el bosque.

Y así fue como los únicos cinco blancos, cuyos sentimientos y respeto de veras nos importaban a día de hoy, se las apañaron para, con toda elegancia, justificar y restarle importancia a su exclusión de un ritual que comprendían debía seguir siendo terreno acotado para mi pueblo.

NESSIE POV

Mis rodillas temblequearon haciéndome dudar seriamente si mis piernas serían capaces de sostenerme un segundo más, y toda la piel de mi cuerpo se transformó en genuina "carne de gallina" conforme la barría una oleada de escalofríos cuando murmuró con tono aterciopelado en mi oído:

- Unas cuantas horas más y al fin será totalmente mía, señora Black. Lástima tener que posponerlo hasta esta noche.

Después de esas palabras tan ardientes, lo menos que se espera una es recibir un beso en la frente. Como poco, fue altamente desilusionador.

- Te veo dentro de un momento –dijo retirándose sin darme aún la espalda... Sus ojos gritándome lo frustrante que también le resultaba conformarse con eso. –Esto... Por sí no me reconoces, yo seré el pingüino del final del pasillo. –Agregó estando ya medio dentro medio fuera de la tienda; recordándome lo ridículo que se sentía con el traje de etiqueta escogido por mi tía.

Ella en cambio aseguraba que estaba guapísimo, y yo... Bueno..., yo lo comprobaría dentro de poco, a no ser que me diese antes un ataque al corazón.

Todo el aplomo y el control que me había invadido mientras mi abuela y un par de ancianas más me preparaban entonando cánticos, cuya letra no pude entender, me había abandonado en el mismo instante en que el aliento de Jake rozó mi oreja derecha erizando el bello de todo mi cuerpo... Pero ahora que se había ido..., durante los escasos segundos que permanecí a solas en la tienda ceremonial antes de que alguien acudiese a meterme prisa... volví a sumirme en una especie de trance. Aunque para mi desgracia, y a diferencia del anterior, este resultaba totalmente incapacitante.

« Estoy casada... Ya soy una mujer casada –me repetía insistentemente de camino a casa, y también mientras tía Alice y tía Rose se afanaban aplicándome todo tipo de potingues en el pelo y la cara. »

Siempre había imaginado que llegado este momento algo cambiaría automáticamente en mi interior. Como si diesen a un interruptor o accionasen alguna palanca y... ¡Zas!, mi mentalidad maduraría de golpe o que se yo... Sin embargo no me sentía para nada diferente. Seguía siendo la yo de siempre.

Por no cambiar, incluso seguían acompañándome los nervios propios de una ruborosa novia antes de dar el sí. Nadie diría que ya me había casado... Era como si aquella ceremonia perteneciese al recuerdo de una vida anterior. –Uno muy vivo pero que al fin y al cabo no tenía nada que ver con la Nessie actual.– Como si mi espíritu se hubiese desdoblado en dos, y cada mitad asumiese el control de mi cuerpo durante la realización de cada una de las bodas.

« Dios Ness, céntrate. Estas delirando –me amonesté. »

Exactamente esas mismas palabras surcaron mi cabecita cuando finalmente dieron por concluida la torturante sesión de maquillaje y peluquería.

Desde el espejo, una divinidad vestida con mi traje de novia me evaluó de pies a cabeza con mirada incrédula. Luego imitó mi gesto cuando traté de tocarme la cara.

La doble de tía Alice se lo impidió.

- Ni se te ocurra. Estropearías el maquillaje. –Dijo la de mi lado sujetándome por la muñeca.

De improviso, el tul matizó mi visión mientras las Rosalies de ambos mundos se peleaban afanosamente con los velos, deshaciendo los numerosos y caprichosos pliegues que se empeñaron en formar al echarlos hacía delante.

- ¿Se puede? –Inquirió con sobriedad el hombretón encargado de guiarme hasta el altar.

- Un segundo Emmett –contestó apresuradamente tía Alice, arrodillándose ante mí y perdiéndose sorpresivamente bajo el vuelo de mi falda murmurando: algo prestado.

Sus manos, haciéndome cosquillas mientras empujaban pierna arriba la delicada liga, cortaron la protesta de mis labios reemplazándola por una risa tonta. Y aunque ahora sabía lo que estaba haciendo y reconocía que era necesario, no por eso pude evitar retorcerme tratando de escapar de ellas; ganándome su reprimenda y un abochornado sonrojo ante el chascarrillo que la acompañó.

- Estese quieta, señorita. Uff . Menuda noche le espera al pobre chico. Sin duda va a terminar agotado..., pero de perseguirte por toda la cama.

Para más humillación, tío Em soltó una gran carcajada del otro lado de la puerta y comentó:

- ¿Asegurándote de que mi pequeña luzca realmente ruborosa, Alice? Creía que eso era cometido del padrino.

- Nop. Me temo que tú eres su algo viejo –contraataco ella, alisando el vestido y lanzándole un guiño de complicidad a tía Rose.

Ella se limitó a sonreír tomando entre dos dedos mi pequeño colgante. Mi verdadero algo viejo, pues papá lo compro en un anticuario.

- ¡Au!... Eso dolió. De veras que sí. Pero necesito entregar el algo azul antes de que se marchite ¿Crees que será posible?

Por toda respuesta, tía Alice le franqueo la puerta haciendo una gentil reverencia tipo emperatriz Sissi.

Mi ramo de novia era la cosa más delicada que había visto en mi vida. Unas diminutas campánulas azuladas caían en cascada y daban el toque de color a un buque de fresias blancas y flores de azahar *

- Estas preciosa cariño –comentó mamá, haciendo finalmente acto de presencia. Ella también lo estaba.

Respondí a su sonrisa, y suspiré audiblemente por toda respuesta. Hoy tenía dos cosas que agradecer en especial, muy por encima de todas las demás: El anómalo día radiante de sol y su, por desgracia, no menos anómalo día bueno.

- Lo habría estado mucho más con aquel otro vestido, el de la cola enorme –masculló tía Alice.– Por muy bucólico que sea, que lo es, lo admito, bueno lo es gracias a mis retoques florales, claro..., –comento pagada de sí misma y de su aportación para "mejorar la obra de la madre naturaleza", haciéndome temer lo peor si Aro no la hubiese supervisado a petición mía– En fin, que no entiendo porque la dejaste escoger ese trozo de bosque para...

- Mary Alice Brandon Whitlock, no empieces otra vez con eso. Es su boda, ¿recuerdas? Ni la tuya ni la mía.

- Pues a mí me parece muy buena idea. Es tan romántico. –Comentó tía Rose con los ojos fijos en su pareja.

- Sí, por supuesto. Siempre y cuando estés dispuesta a olvidarte de un traje de cola, un velo enorme y, por descontado, música en directo. –Replicó tía Alice. Seguramente temerosa de que cundiese mi ejemplo en el próximo enlace, que ya auguraba organizar.

- Yo voy a tener música en directo –le recordé empezando a perder los nervios– Brady me prometió tocar con su guitarra una marcha nupcial a mi llegada.

- ¡Sí, ya! –Desdeñó.– Igualito que la orquesta que te habría contratado.

- Organizadoras de bodas ajenas –gruñó tío Emmett cerrando filas entorno a mi causa, además de evidentemente molesto por lo que se le venía encima.– ¿Nos vamos, princesa?

- No dejes que eche a correr en cuanto le vea tío Em –susurré tomando el brazo que me ofrecía, tan impaciente por irme de allí como él. No me apetecía para nada discutir el día de mi boda y, encima, me esperaba un recorrido lento y penoso hasta el claro.

- Tranquila. Los viejos verdes también tenemos nuestro orgullo, ¿sabes?. No permitiré que nadie note lo ansiosa que estas por reemplazarme por alguien mucho más joven. –Bromeó.

Agradecí que tanto el poblado como el resto del camino estuviesen relativamente desiertos. Me sentía un poco ridícula protagonizando aquella comitiva encabezada por mis dos mejores amigas, Aroa y Angela, enfundadas en sus vaporosos trajes idénticos de damas de honor. Pero mereció la pena cuando al grito lleno de jubilo de: ¡Ya esta aquí la novia! –Creo que de Seth– los acordes de la guitarra acústica invadieron el aire completando la armonía perfecta formada por: el aroma de las delicadas flores, recién sembradas la tarde anterior a lo largo del pasillo central..., la elegante danza que emprendieron mis dos damas de honor..., y sobre todo la deslumbrante sonrisa del apuesto muchacho que me esperaba al final de la alfombra con la mirada prendida en mi humilde persona.

Y cuando finalmente me llegó el turno de avanzar, ya no era un payaso patoso caminando sobre el alambre, con un vestido complicado de manejar..., ni un manojo de nervios con forma de mujer... No. Ahora era Dorothy al final del camino de baldosas amarillas..., chocando los zapatitos rojos para volver a casa...

... Sabía que había más gente a mi alrededor. Que incapaz de escoger entre Quil y Embry, sus mejores amigos y manos derechas en la manada, ambos estaban a su lado ejerciendo de padrinos... Pero si exceptuamos la presión del brazo y la mano de tío Emmett, –extremadamente eficiente a la hora de cumplir mi petición de retenerme– y la voz del padre de Angela, el oficiante de la ceremonia, todo y todos se esfumaron hasta el preciso instante en que la lluvia de arroz –lanzado antes de lo previsto– nos obligó a interrumpir nuestro primer beso de casados, y salir huyendo camino del emplazamiento del coche que nos trasladaría al lugar del banquete. Un salón del más lujoso hotel de Port Angeles, donde además pasaríamos la noche de bodas, –las dos únicas concesiones que hice a las muchas pretensiones de tía Alice– antes de emprender nuestro viaje de luna de miel a Hawai por cortesía de tío Jazz.

Durante aquel banquete repetimos todos los clichés típicos: El corte de la tarta..., llenar a Jake de nata..., el lanzamiento del ramo y la liga... –Me costó mucho entrenamiento previo, la colaboración de mis damas de honor para convencerla de que se prestase a participar y, evidentemente, no hacerlo de espaldas... pero logré que las flores recayesen en las manos que yo deseaba, las de Leah.– También cumpliendo con la tradición: iniciamos el baile..., bailé con mi padrino... y por último, protagonizamos la huida furtiva, sin despedirnos de ni un sólo invitado, para "tener nuestra propia celebración" privada.

*En el lenguaje de la flores, las fresias simbolizan la inocencia y el azahar la pureza.

N:A No encontré ninguna ceremonia nativa... así que me la invente. ¿Les parece tan bonita como a mí? Pensé que al tener tantas leyendas también debían tener tradiciones al respecto, y además me apetecía que tuviesen una boda diferente a todas las que he leído hasta ahora.

Dedicado a Aroa y Monica... ellas me animaron en mis horas bajas e hicieron posible que no me rindiese. Gracias chicas.

Próximo cap el miércoles: Noche de luna blanca y dorada miel. Aviso para menores y gente a la que no le guste... sáltenselo pues contendrá lemmon.

adelante l publi pues mañana no estare


7 comentarios:

  1. mari desde el cbox: hola guapa me ha encantado el capi de la crema y la canela esta fantastico, fabuloso..... me encanta como es alice y como reacciona nessie ante la entrada de bella para verla lista. buen domingo guapa

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  2. From: Aroa Multicolored Petals desde http://www.fanfiction.net
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    Me alegras el día cada vez que abro el mail y me encuentro la alerta de
    fanfiction. QUÉ BODA. Me encantó que te inventases la tradición, sabes que
    los Jake POV son tu especialidad pero en este te sales. Me imagino a una
    Nessie más roja que un tomate y sólo me sale sonreír. Aunque me apena mucho
    que vayan llegando los capítulos porque esto se acaba y yo que seguí la
    historia desde el principio siento como si aún me estuvieses presentando a
    Nessie. Pero sé que estás orgullosa de tu trabajo y de haber cumplido con tu
    promesa, tanto como lo estoy yo, y aunque esto termine sé que tu cabeza loca
    siempre estará maquinando algo. Eres increíble.

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  3. From: NessaBlack desde http://www.fanfiction.net

    Hola! me gusto mucho como describiste la ceremonia nativa, es una pena que no
    halla nada sobre los matrimonios Quileutes, pero es una buena oportunidad para
    echar a volar la imaginación, como lo hiciste tú, espero leerte pronto. Bye.

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  4. From: Rossy04 desde http://www.fanfiction.net
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    Que capitulasoo! Me encantaron las 2 bodas!

    Fue tan romantico! Al fin nuestra parejita se caso! Yeihhhh van a ser tan
    felices! Me dio muvha alegria que Leah haya atrapado el ramo.

    Ojala que ella encuentre su impronta.

    Uffff se viene la noche de bodas, estoy ya impaciente por que ya publiques.

    Nos leemos en el próximo capi!

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  5. From: KAREL desde ff.net
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    Que lindo me encanto :)

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  6. From: MaRrU BlAlLeN desde http://www.fanfiction.net
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    E M O C I O N!

    AAAAA quedo lindisimaaaaaa y claro que me encanto la boda montada que hicistee
    y sip muy original...

    en fin esperemos el prox cap del lemmon wiiii

    besotes y abrazotes...

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  7. lizzie desde kokorosfriends

    dios te quedo excelente se nota que te esforzaste mucho...felicidades y por cierto me encanto!!!!!!!

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