Bienvenidos a ELÉCTRICA OBSESIÓN


Donde doy vida de nuevo a los personajes que me atraparon y me arrastraron a su mundo, uno que sólamente es posible entre las páginas de un libro.
EnglishAlemánFrancésEspañolItalianoNetherlandsRusoPortuguésChino SimplificadoJaponés
CoreanoÁrabe

domingo, 15 de mayo de 2011

Como la crema y la canela - Epílogo (Nessie)





EPÍLOGO

NESSIE POV

Dos años más tarde...

Inspiré hondo y alcé el rostro para disfrutar la caricia del sol en cuanto salimos al claro. Era un de esos pocos domingos ideales para una acampada... o como en nuestro caso, una merienda campestre.

Mientras tanto, Jake extendió la manta cuidando de no dejar la más mínima arruga, y luego se tendió sobre ella –cuan largo era– invitando a hacer lo mismo.

- Qué tal si... tú y yo... ya sabes... abrimos primero el apetito –murmuró de lo más sugerente.

Alcé una ceja y negué –sin mucha convicción– con la cabeza.

Esbozó su mejor sonrisa –esa que me hacía estremecer de pies a cabeza y detenía los latidos de mi corazón– y volvió a palmear la manta, mirando directamente a mi alma a través de mis ojos.

- Oh... Vamos, Ness. Deja que te bese y te toque. Aquí, bajo el sol –ronroneó.– Es lo menos teniendo en cuenta que estoy planteándome abandonar la manada para envejecer contigo. ¿No crees? –Abogó por su causa, medio enserio medio en broma.

Igualé su sonrisa con una picarona, y sin perderle de vista solté la canasta de la comida justo donde estaba. Después volví a negar con la cabeza retrocediendo medio paso.

- Nop. Antes tendrás que atraparme. –Aseguré echando a correr sin esperar a comprobar si aceptaba o no mi propuesta. Estaba tan segura de que lo haría como de que me alcanzaría antes de que llegase a la primera línea de árboles...

...Lo que no esperaba era tenerle corriendo a mi costado en forma lobuna. Casi, casi rozándome con su pelaje.

El rápido movimiento de cabeza en dirección a su lomo y el equivalente a una sonrisa traviesa en sus fauces me indicaron que hacer. –Desde luego fue un autentico acierto ponerme vaqueros hoy.– No lo pensé. Tan sólo empuñé el pelaje de su cruz, y tomando impulso me planté a horcajadas sobre su lomo. Y todo a la carrera, igual que en las películas del salvaje Oeste.

Jake aulló en señal de complacida aprobación, y arreciando su carrera nos internó en el bosque, transformado en un vertiginoso manchón verde.

Yo también aullé. Me encantaba sentir el viento en la cara y el tacto de su cálida pelambrera –suave y áspera al mismo tiempo– entre los dedos. Me sentía la reina del mundo... pero no tardé mucho en envidiar a Maria Antonieta –Por la separación de su cabeza, digo–. Aunque no era la primera vez que subía a su grupa, lo cierto es que jamás había corrido tanto... y claro, a los pocos segundos terminé reclinada sobre su cuello, totalmente mareada.

Su risilla lobuna me dijo lo que su voz no podía: "Tú eras la que quería correr ¿no? –Esta era su pequeña venganza.– Sin embargo se apiadó de mi situación e inmediatamente cambió al trote ligero que yo conocía.

- Gracias –susurré en su oído en cuanto me encontré mejor.

No lo vi venir. Aprovechando que estaba todavía inclinada hacía delante, giró bruscamente el cuello para pasarme la lengua por la mejilla... En verdad me lamió media cara.

- ¡Puja! –exclamé, limpiándome con el dorso de la mano y provocando una nueva dosis de risitas.

- Tú y yo vamos a tener que hablar seriamente sobre la zoofilia. –Bromeé.

Fue entonces cuando el aroma atacó a mis fosas nasales. Un aroma ligeramente familiar y al mismo tiempo totalmente diferente.

Jake también debió percibirlo, puesto que fue derrapando unos metros –formando un profundo surco con las zarpas– en su intento de parar en seco.

La angustiosa mirada que lanzó en mi dirección cuando salté a tierra me ayudó a terminar de identificar ese olor, haciéndome rememorar un tiempo pasado no demasiado lejano.

« Estaba segura de que me engañaba. Aquel aroma dulzón –el vestigio de un perfume caro– volvía a estar ahí, sobre su piel.

Traté de ignorarlo y responder a su apasionado beso como idénticas ansias... Sin embargo el sutil y etéreo toque floral –mezclado con su habitual fragancia a bosque húmedo y un ligero toque de almizcle– me atormentaba demasiado.

Apenas llevábamos unos meses casados y... ¿Cómo podía hacerme esto? ¿Por qué?

Por supuesto que, por mucho que Quil estuviese dispuesto a demostrar lo contrario, nadie había dicho que la imprimación fuese una garantía infalible de fidelidad... pero ¿Jake?¿Qué podía necesitar que yo no le diese? ¿Qué oscura perversión sería, para que ni tan siquiera se hubiese atrevido a proponérmela?.

Insegura de querer obtener la respuesta a todas esas cuestiones..., demasiado herida y sin ánimos ni fuerzas para montarle una buena escena exigiendo la identidad de aquella zorra, escapé de sus brazos a empujones y corrí en busca de refugio y consuelo a los de Emily

Ella, al igual que para el resto de imprimadas, se había convertido en mi segunda madre. Y desde luego no quería añadir un nuevo dolor a los que, ya de por sí, soportaba la autora de mis días.

Me escuchó pacientemente, sin interrupciones de ninguna clase. Y después me dejó llorar de igual modo, libremente hasta que los hipidos finales cesaron por voluntad propia.

- ¡Ay! Pequeña. Cómo me alegra que acudieses a mí –Dijo entonces, sonriéndome con ternura– Todos los chicos "apestan" igual después de toparse con un frío, cariño. Lo que para nosotras, pobres humanas corrientes, es un delicado perfume de mujer... para ellos es un tufo nauseabundo.»

Lo realmente curioso es que apenas unos días más tarde, ella también lo calificaría así. Literalmente le daban arcadas hasta que los chicos se daban una buena ducha...

Sé escuchó un lejano aullido. Jake erizó la pelambrera, mostró los dientes y respondió. Luego me miró. Su inteligente mirada me transmitió: «No te muevas de aquí». Y salió disparado como alma que lleva el diablo.

Al poco rato el olor se percibió mucho más fuerte, y pude descifrar dónde erradicaba la diferencia que me había despistado al principio... Aún así tardé unos segundos en asimilar mi inesperado descubrimiento: para mí también resultaba sumamente molesto. Y aunque no contaba con ninguna prueba física en la que apoyar mi conjetura... Sonreí al hueco por donde había desaparecido mi lobo favorito, mientras mis manos viajaban esperanzadas –en un instintivo gesto protector tan antiguo como el mundo– a mi, todavía, vientre plano.

- Tarda todo lo que necesites, que aquí te esperamos, papi –susurré recordando la carita redonda de Kevin. El vivo retrato de Sam.– Sip. Menuda sorpresa te espera. –Añadí dándole crédito absoluto a mi intuición. La misma que me decía a gritos que, aunque era un embarazo no premeditado, y a pesar de que nos cambiaría la vida de la noche a la mañana, mi Jake desearía de inmediato a aquella criatura tanto como yo.

Fue en ese preciso momento cuando, por el rabillo del ojo, capté un furtivo movimiento a mi derecha.

Giré para encararlo... Encontrando solamente el agitar de la maleza cuando alguien la aparta bruscamente... No había ningún indicio más de que algo o alguien estuviese allí, conmigo. –Ni un rastro de helechos rotos..., ni pisadas sobre la hojarasca...– Sin embargo el olor –un insoportable tufo– me alertó de que venía por detrás, y volví a girarme a toda prisa.

Era hermoso... Aparentemente un alto, delgado y atractivo hombre de mediana edad. –Incluso vestía con relativa elegancia.– Nada que ver con el monstruo que me había imaginado pese a las descripciones de los chicos.

Contemplé embelesada la gracilidad con que avanzó hacía mí, –como si flotase– sin poder apartar los míos de sus ojos. Unos ojos negros e intimidantes como una noche fría sin estrellas. Señal inequívoca de que se encontraba muy, pero que muy hambriento...

Me estremecí. Estaba segura de que habría presentido que era un ser cruel y peligroso aunque no supiese que era y cuales eran sus intenciones.

Mi instinto de supervivencia me gritaba que huyese pero..., esos ojos me mantenían inmóvil en el sitio, como si tuviese gruesas sogas alrededor de los tobillos ancladas firmemente al suelo por estacas. Ni siquiera era capaz de mover un dedo. Todas mis extremidades parecían haberse desvanecido... Como cuando la circulación sanguínea falla haciendo que se te duerman, que se vuelvan como de corcho, como algo que presientes que tienes pero que te es totalmente ajeno en esos momentos.

Desesperada, me pregunté dónde se habría metido Jake... –no prestando oídos a sus taimadas palabras ni crédito a su falsa sonrisa amistosa– y el corazón se me rompió en mil pedazos ante una creciente sospecha.

«¡No! No puede ser... No puede haberlo matado –Gritó mi alma, presa de la más negra agonía»

¿Pero qué otra explicación había? Aunque esta abominación le hubiese sorteado..., ¿qué otra cosa podría retrasarlo de acudir en su busca y mi auxilio?

Su aliento me caldeó el rostro y el estómago se me contrajo en una violenta arcada. No temía morir, no si Jake ya no estaba. Seguramente era cosa de mi pequeñín, quien como buen descendiente de licántropos protestaba por la cercanía de su enemigo, presa de la impotencia de no poder hacer nada al respecto.

¿Sería un varón, entonces?

Imaginé a mi bebé, una diminuta cosita de pocos centímetros, pues a juzgar por las faltas –sin relevancia según mi iluso e ignorante ginecólogo– no podía tener más de seis u ocho semanas. Y aunque mi instinto maternal –poderosamente despierto– se revelaba a dejar que acabase también con él, con el hijo de Jake..., la razón se impuso obligándome a tener muy presente que, –hiciese lo que hiciese– no tenía ninguna posibilidad de escapar.

Dos gruesas lágrimas se escurrieron por mis mejillas al tiempo que cubría mi vientre en un gesto –tan inútil como patético– de protección, pidiéndole silenciosamente una y otra vez perdón: Perdón por no ser lo suficientemente fuerte y rápida para salvarle... Perdón por no ser como su padre... Perdón por no ser más que una frágil y miserable humana...

En respuesta al contacto de los fríos dedos del vampiro, –pues se permitió la libertad de restañar mis lágrimas profiriendo la vana promesa de que no sufriría– experimente una extraña sacudida en mi interior... Como si algo se removiese violentamente.

Es curioso como funciona la mente cuando se está cara a cara con la muerte. Mientras el asesino susurraba sensualmente en mi oído cuan apetitosa le resultaba mi fragancia, y reiteraba su intención de efectuar una ejecución rápida e indolora, yo le ponía nombre a mi hijo: Noah... estrechando aún más mi abrazo, temerosa de que se autolesionase y sufrir un aborto.

Su aliento viajó hacía mi cuello, y me dispuse a cerrar los ojos segura de que nunca sabría si mi intuición sobre el sexo de mi niño era correcta o no... Y justo entonces, en el último segundo, surgió un relámpago rojizo seguido de otros dos, –gris y chocolate– y aquella cosa abandonó este mundo entre horripilantes gritos de dolor e incesantes chirridos metálicos.

- Ness..., ¿estas bien? –Preguntó Jake. Tan preocupado que en su precipitación por saberlo, había salido de fase dejando a sus hermanos todo el trabajo de reunir y quemar los trozos. –¿Nessie...? Por favor... Contéstame. Por favor, dime que no te ha mordido –suplicó viniendo hacía mí para comprobarlo con sus propios ojos.

Estaba tan angustiado que ni siquiera se le pasó por la cabeza tomarse el tiempo necesario para cubrir su desnudez.

- Estoy bien –susurré conservando todavía mi rígida postura.– Llegasteis justo a tiempo. –Añadí, desviando la mirada de la laboriosa tarea de los dos lobos y permitiéndole abrazarme, aunque incapaz de alzar los brazos para corresponderle por mucho que lo anhelase.

Sentía las articulaciones agarrotadas, como atravesadas por agujas de hielo, y me preocupaba que creyese que le temía.

- Lo sentimos, Nessie. –Se disculpó Quil, saliendo de entre las matas donde se había ocultado en deferencia a mí hasta estar presentable.– Se nos escabulló mientras nos encargábamos de otros dos, un poco más al Norte. Al parecer viajaban juntos, pero por alguna razón decidieron separarse al entrar en el bosque. Eso fue lo que nos despisto.

Seguí la dirección que indicó con la inclinación de cabeza, y alcancé a distinguir una fina columna de humo en la lejanía.

- ¿Seguro que no te hizo nada? –Inquirió Jake, alejándose un paso manteniendo las manos sobre mis hombros y sacudiéndome suavemente para captar de nuevo mi atención.

Sus ojos reflejaban la enorme preocupación que le causaba mi actitud

- No estoy en shock, Jake. –Le tranquilicé.– Sólo dame un minuto, ¿sí?

- El único que le ha "hecho algo" eres tú, colega. –Apuntó maliciosamente Embry. Él sí había reparado en lo que significaba la postura de mis brazos.– Algo que se va a poner muy gordo... ¿eh, Ness?. –Bromeó, guiñándome un ojo, mientras sacaba un encendedor tipo Zippo del bolsillo trasero de sus pantalones.– ¡Enhorabuena campeón! –Agregó, dándole una tremenda palmada en el hombro a mi marido antes de alejarse.

Bueno, seguramente pretendía ser una palmadita..., aunque lo cierto es que nos sacudió a ambos.

El repentino fogonazo, seguido del denso olor, me indicaron el momento exacto en que Embry cumplió su cometido, pues mis ojos estaban fijos en los de Jake, –dos platos soperos– que viajaban de mi cara a mis manos alternativamente.

Asentí llena de satisfacción. Notando como la dicha de compartir con él aquella buena nueva, corría por mis venas como fuego líquido, deshaciendo a su paso el hielo que atenazaba mis articulaciones, y permitiéndome salir del letargo en el que me había sumido la cercanía de la gélida muerte.

- ¿Cómo es posi...? quiero decir... ¿Desde cuándo lo sabes? ¿Por qué no me dijiste nada? –Exigió con voz contenida, y los ojos chispeantes de regocijo.

- No lo sabía. En realidad acaba de decírmelo el propio Noah. –Me excusé con la pura verdad.

- ¿Noah? –Inquirió dubitativo, volviendo ligeramente el rostro hacía las llamas.

- Tu hijo, bobo. –Le corregí consiguiendo que volviese a mirarme.– No sé porqué, pero presiento que será un chico –sonreí pasándole los brazos por el cuello, y alzándome sobre la punta de los pies.– Bueno... Creo que sí lo sé. Ninguna chica tendría tanta prisa por salir a enfrentarse con eso –musité señalando con el mentón a la fogata, por encima de su hombro, antes de besarle en la punta de la nariz.

- Bueno... Emily aseguraba que, estando embarazada, era capaz de detectar el pestazo que traíamos con nosotros incluso antes de que pusiésemos un pie en el porche. –reflexionó Embry.– Sin embargo creo que exageraba. Una vez me pasé un par de minutos fuera, y no fue hasta que entre que empezó a protestar.

Los brazos de Jake se tensaron alrededor de mi cintura.

- Espero, espera. Tú... ¿Lo oliste antes? ¿Cuándo estábamos corriendo? –Inquirió un tanto escéptico, y a la vez fascinado por el abanico de posibilidades.

- Sip. Puede que incluso un poco antes que tú –confirmé muy pagada de mí y mi hijo.

- ¡Guau! Los Black superan a los Uley una vez más –exclamó Quil en una clara alusión a la manifiesta precocidad de mi Noah comparado con Kevin, y del tamaño superior que había adquirido Jake entrado en fase con respecto a Sam, ya de por sí el lobo de mayor tamaño con diferencia del resto de la manada.

Estaba segura al cien por cien de que ese comentario le habría molestado bastante a Jake, –hasta el punto de ser reprendido severamente– si no fuese porque ahora su mente estaba muy, muy lejos.

- Chicos, si husmean en dirección sur unos seis o siete kilómetros, encontraran una canasta repleta de exquisita comida. Es toda suya. Yo voy a llevar a mi esposa a casa para que descanse como es debido.

- ¡Genial! Me muero de hambre. –Exclamó Embry echando a correr sin despedirse.

- ¡Estupendo! Gracias chicos. ¡Ah, y enhorabuena! –Gritó Quil saliendo pitando tras sus pasos – ¡Hey tío, guárdame un poco!

- ¡Pero bueno! –protesté mientras me cogía en brazos.– Jake, yo quería disfrutar del pic-nic tanto como los chicos. No es justo. Esa comida era para nosotros.

- No discuta Señora Black. Estoy convencido de que Sue Clearwater estaría de acuerdo conmigo en que, tú y el pequeño Noah, han tenido suficientes emociones por hoy. Seguro que , no sólo no pondría objeciones si no que incluso me ayudaría a atarte a la cama si fuese preciso. –Amenazó con aire socarrón.

Suspiré, cejando en mi intento de oponer resistencia. No tenía caso con un lobo involucrado en la cuestión.

- Esta bien. Pero nada de andar molestando a Sue –le advertí no obstante.

Mi tía abuela Sue, la madre de Seth y Leah, era enfermera diplomada. Ella se encargaba de atender a la manada en caso necesario. Y también llevó el control del embarazo y el parto de Emily.

- No te prometo nada –masculló tozudo, echando a andar como quien lleva dos docenas de huevos entre las manos desnudas.

Suspiré de nuevo.

« Vamos a tener que ser muy pacientes, chiquitín –murmuré para "nosotros" mismos– Me da a mí que tu papá va a ser muy sobreprotector »

- No te haces una idea de cuanto. –Musitó. Con la vista al frente y una sonrisa soñadora en los labios. Demostrándome que me conocía lo suficiente como para saber que estaba pensando.

- Yo a ti más –susurré jugando al despiste.

E igualando su radiante sonrisa, acomodé la cabeza contra su hombro y suspiré de nuevo, salvo que esta vez de pura dicha. Acababa de darme cuenta de que, apenas un instante antes, Jake, llamó Noah a nuestro hijo. Eso quería decir dos cosas: que él también se hacía ilusiones de que fuese un chico y que le gustaba el nombre que yo había escogido.

N/A: Dedicado a TODAS las personas que siguieron alguna vez esta historia. Por ellos es que la continué hasta el final... pero especialmente por Aroa, que desde que me descubrió NUNCA me ha dejado sola. Gracias, cariño.

Y ahora una sorpresa: Cuando lo terminé me di cuenta que no había Jake pov (como en el prólogo), pero también que me había quedado con ganas de "saber" más... ¿Está realmente embarazada? ¿Será niño o niña? Y ese tipo de cosas... Sí me dejan al menos cinco comentarios en cada sitio donde se publica mi historia lo sabran...

Nop. No les haré ese sucio chantaje, además mi inspi fue buena y nada más terminar este, Jake comenzó a "dictarme" el suyo propio XDD Lo tendrán el próximo miércoles (quizá antes jajaja no tengo paciencia ;) ) pero... mientras tanto sería bonito conocer que opinan ¿embarazo sí o embarazo no? ¿niño o niña? Y ver si coinciden con la preferencia de mi inspi. No alterará lo que ya tengo escrito... pero ¿se animan a participar en la quiniela? Ande no sean malas... dejenme sus opiniones y preferencias al respecto (Carita de cachorito abandonado)

Ele

15 comentarios:

  1. From: karelbric desde ff.net
    -------------------

    que biennn me encanto, espero con ansias el pov de jake :D

    ResponderEliminar
  2. From: EBC desde ff.net
    -------------------

    Niño, seguro, y claro que superará a su padre en sus habilidades.

    Un final increíble para la historia, aunque me da pena ue termine.

    Estoy deseando leer POV Jacob.

    Muchas felidades, Ele!

    ResponderEliminar
  3. From: blanca black cullen desde ff.net
    -------------------

    me recontra encanto

    me facina jejeje

    k feo k haya terminado la historia :(

    sera el bebe niño?

    noo!

    que jake siga siendo un apuesto hombre lobo jejej

    bn

    me encanta

    no se k mas decir jajaja

    nos estaremos leyendo :)

    ResponderEliminar
  4. From: Leslycan ( http://www.fanfiction.net

    Si, que sea niño. QUe bien que continues.

    ResponderEliminar
  5. From: Maria De Lautner ( http://www.fanfiction.net
    -------------------

    Me Encanta tu historia nena... Quiero q el baby de nessie sea niñaaaaaa
    .kisses

    ResponderEliminar
  6. From: Rossy04 ( http://www.fanfiction.net

    Me encanto este capi! Yo opino que si sera un niño tan lindo como Jake!

    Yo tambien quiero un Jake PVO hace mucho que no hay, asi que nos lo debes!

    Gracias Ele por publicar, esta historia me ha encantado de principio a
    fin!Gracias por publicarla!

    ResponderEliminar
  7. From: Anitaa desde ff.net
    -------------------

    Me encanto la historia... muy bonita

    Yo quiero que sea niño...tan lindo como su padre...

    ResponderEliminar
  8. From: alexblackcullen ( http://www.fanfiction.net
    -------------------

    jajaja...yo también te he seguido...desde el primer capitulo que
    publicaste...y me encanto...

    podría ser un niño...creo me gusta mas...un minijake...

    y nessie debería... transformarse...en licantropo...jajaja...para que así,
    jake no tuviera que envejecer nunca...ella también tiene...la
    sangre...portadora del gen...es sus venas...

    ResponderEliminar
  9. hola guapa el epilogo de la crema y la canela esta fantastico me ha gustado mucho.
    mari

    ResponderEliminar
  10. "nena me encanto el capi amo a jake el tan protector ame este capi me encanta"
    Giovanna

    ResponderEliminar
  11. me encanto el epilogo
    ojala que el bebe sea niña-loba y que nessie se convierta en licantropo tambien :)

    ResponderEliminar
  12. From: Aroa Multicolored Petals desde http://www.fanfiction.net
    -------------------

    ¡Ay acabo de volver del viaje de fin de curso! Qué graciosa Ness con lo de
    los olores, es muy bueno que saques a relucir los aspectos "lobunos" del
    embarazo. A mí me parece que Nessie no se equivoca mucho y a lo mejor sí que
    es un chico, otra chica en la familia podría provocar un infarto al
    sobreprotector Jake xD

    ResponderEliminar
  13. Rubita desde kokorosfrieds

    Ay q lindo!!! Nessie embarazada?? yo creo q si y voto x un hermoso varón parecido al papá , me gustó el nombre otro pequeño alpha , le habré acertado??jaja, me encanto tu historia no quiero q termine pero todo lo bueno siempre tiene un final no?? besos te ganaste otra fan!!!

    ResponderEliminar
  14. izzie desde kokoros friends

    me encanta la idea del embarazo en especial por que noah es muy bonito nombre!!!!!!

    no sabes como extrañare esta historia me gusto muchisisisimo....
    hay posibilidades de que noah la continue???

    ResponderEliminar
  15. me encanto, y seguro que esta enbarazada y yo opino que niño si un niño seguro jaja bueno pues haber si acierto xd adios,
    PD: y me alegro mucho que te alla vuelto la inspi
    besos
    ariri

    ResponderEliminar

Tú opinión es importante... ¿Me la dices?.